Los niños suelen pedir algo de beber como forma de llamar la atención. Justo cuando la llevas a la cama y te acomodas con una nueva película, escuchas: «Mami, tengo sed», pero ¿qué pasa cuando la sed es real e insaciable? Los niños desarrollan una sed excesiva por muchas razones. Entender las diferentes causas de la sed excesiva y qué hacer al respecto puede ayudar a aliviar sus preocupaciones.

Características

Las características de la sed excesiva en los niños no siempre son obvias para los adultos que los rodean. Es posible que reciba un flujo constante de solicitudes de cajas de zumo, refrescos y otras bebidas; sin embargo, cuando se las reparte, toman dos sorbos, las dejan en la encimera y vuelven a salir corriendo a jugar. Las características de la sed excesiva incluyen el agotamiento de cualquier bebida que se le dé al niño. Además, el alivio dura poco y el niño vuelve a pedir otra cosa para beber.

Tipos

La diabetes, la deshidratación grave y los medicamentos pueden causar sed excesiva en los niños. Cuando la deshidratación grave es la culpable, el niño también puede tener la boca seca, no orinar y estar muy inquieto o somnoliento. El aumento de la micción, la fatiga, los cortes que no cicatrizan rápidamente y la sed excesiva, son todos indicadores de diabetes. Ciertos medicamentos, incluidos los medicamentos para la sinusitis y la alergia de los niños, pueden causar sequedad de boca y pueden provocar sed excesiva.

Causas

Hay varias causas conocidas para la sed excesiva en la infancia. La diarrea severa, los vómitos excesivos -independientemente de la causa- y el hecho de jugar a altas temperaturas son factores potenciales que desencadenan la deshidratación, que puede provocar una sed excesiva.

La fiebre también puede desencadenar un episodio de deshidratación. Muchas enfermedades e infecciones provocan fiebre en los niños.

La diabetes es un trastorno médico que tiene un componente genético. La diabetes juvenil requiere una cuidadosa supervisión por parte de un endocrinólogo. No se conoce la causa exacta de la diabetes juvenil, pero se sospecha que los factores de riesgo son los antecedentes familiares de diabetes y la falta de vitamina D en la dieta.

Tratamientos

El tratamiento de la sed excesiva depende en gran medida de cuál resulte ser la causa subyacente. Tratar la diabetes con insulina o con cambios en la dieta ayudará a reducir la sed excesiva en el niño. Si la causa es una deshidratación grave, la introducción de líquidos en el cuerpo y el equilibrio de los electrolitos eliminarán la sed. El cambio de medicamentos aliviará la sed excesiva causada por los medicamentos que el niño estaba tomando.

La diabetes y la deshidratación grave pueden poner en peligro la vida si no se tratan adecuadamente; por lo tanto, es importante llevar a su hijo a un médico para determinar la causa de la sed excesiva antes de comenzar el tratamiento.

Prevención

La sed excesiva puede prevenirse eliminando la causa subyacente. Mantener la glucemia de su hijo diabético dentro de los límites recomendados ayudará a frenar el síntoma de sed excesiva. Asegurarse de que su hijo bebe mucha agua a lo largo del día, evitará la deshidratación. La elección de medicamentos que no provoquen sequedad de boca ayudará a su hijo a mantener la sed bajo control. Una vez que el pediatra de su hijo determine la causa de la sed excesiva de su hijo, no será difícil tomar medidas para evitar que se repita.

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