La viremia primaria se refiere a la propagación inicial del virus en la sangre desde el primer lugar de la infección.
La viremia secundaria se produce cuando la viremia primaria ha dado lugar a la infección de tejidos adicionales a través del torrente sanguíneo, en los que el virus se ha replicado y ha vuelto a entrar en la circulación.
Por lo general, la viremia secundaria da lugar a una mayor excreción y carga viral en el torrente sanguíneo debido a la posibilidad de que el virus sea capaz de llegar a su célula huésped natural desde el torrente sanguíneo y replicarse de forma más eficiente que en el lugar inicial. Un excelente ejemplo para perfilar esta distinción es el virus de la rabia. Por lo general, el virus se replica brevemente en el primer sitio de infección, dentro de los tejidos musculares. A continuación, la replicación del virus conduce a la viremia y el virus se extiende a su sitio secundario de infección, el sistema nervioso central (SNC). Tras la infección del SNC, se produce una viremia secundaria y suelen comenzar los síntomas. La vacunación en este punto es inútil, ya que la propagación al cerebro es imparable. La vacunación debe realizarse antes de que se produzca la viremia secundaria para que el individuo evite el daño cerebral o la muerte.