¿Le cuesta saber qué y cómo orar -especialmente cuando está pasando por un momento difícil?
¿Qué pasaría si pudiera orar de tal manera que permitiera que el poder y la paz de Dios invadieran su alma en medio de los desafíos que está enfrentando?
El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, nos da un modelo de oración para ayudarnos:
Por nada estéis afanosos, sino que en todo, mediante la oración y la súplica con acción de gracias, presentéis vuestras peticiones a Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Filipenses 4:6-7)
Este pasaje nos ha proporcionado un marco para una oración llamada «ACTS». Este es un acrónimo que significa adoración, confesión, acción de gracias y súplica.
Cuando nos tomamos el tiempo para orar a través de estos cuatro pasos, Dios promete traer una paz que es sobrenatural y más allá de nuestro entendimiento.
Interesantemente, es el primer paso – la adoración – que ayuda especialmente a sacar nuestro enfoque de nosotros mismos, nuestros problemas y nuestras ansiedades. Sin embargo, para la mayoría de nosotros -incluido yo mismo- adorar y alabar a Dios no es algo natural.
Entonces, ¿cómo debemos adorar a Dios en la oración?
Mi pasaje preferido en el Salmo 103 explica cómo:
Bendice, alma mía, a Yahveh, y bendice su santo nombre todo lo que hay en mí. Bendice al Señor, alma mía, y no olvides ninguno de sus beneficios; que perdona todas tus iniquidades, que sana todas tus enfermedades; que redime tu vida del abismo. (Salmo 103:1-4, NASB)
Este Salmo nos muestra cómo es la adoración. Debemos «alabar» o «bendecir» su nombre, y debemos recordar todos sus beneficios y bendiciones. Estas dos cosas van juntas por una razón.
Por ejemplo, si quiero adorar al Señor, comienzo a recordar todas las cosas que Dios ha hecho por mí. Recuerdo el día en que me eligió. Recuerdo el día en que oré para recibir a Cristo. Recuerdo el día en que Él trajo a mi esposa a mi vida. Recuerdo el día en que uno de mis hijos estaba en la UCI y pensamos que iba a morir. Al reflexionar sobre su bondad y fidelidad, naturalmente empiezo a darle las gracias y a alabarle por lo que es.
Cuando adoramos a Dios, es necesario que le miremos y le reconozcamos por lo que es: el Creador de doscientos mil millones de estrellas en la Vía Láctea, pero también nuestro perfecto y amoroso Padre.
He descubierto que si nuestra visión de Dios es que es alguien grande y poderoso, entonces nuestros problemas parecerán pequeños. Por el contrario, si nuestra visión de Dios es pequeña, nuestros problemas serán grandes.
Así que la próxima vez que estés rezando y te cueste saber qué y cómo rezar, empieza con una simple adoración. Bendice su nombre y recuerda sus beneficios. Podemos confiar en que cuando nos enfocamos hacia arriba en Él en lugar de hacia adentro en nuestros problemas, las cosas comenzarán a cambiar para mejor.
Escrito por
Chip Ingram
Fundador &Pastor de Enseñanza, Living on the Edge
Chip Ingram es el CEO y pastor de enseñanza de Living on the Edge, un ministerio internacional de enseñanza y discipulado. Pastor durante más de treinta años, Chip tiene una habilidad única para comunicar la verdad y desafiar a la gente a vivir su fe. Es autor de muchos libros, entre ellos The Real God, Culture Shock y The Real Heaven. Chip y su esposa, Theresa, tienen cuatro hijos mayores y doce nietos y viven en California.
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