La miel puede ser una maravillosa alternativa al azúcar refinado, que no es más que una fuente de calorías vacías. Este encantador ingrediente hecho por la naturaleza no sólo puede endulzar su vida, sino que también es abundante en minerales, nutrientes y enzimas vivas. Si quieres disfrutar de los beneficios de la miel, debes tener en cuenta su pureza antes de comprarla. El mayor problema de la miel es su calidad. Puede ser todo un reto encontrar miel buena y pura. Como muchos otros productos alimentarios, la adulteración es habitual. Es fácil engañarle, ya que la miel comercial suele estar mezclada con solución de glucosa, jarabe de maíz con alto contenido en fructosa y otros ingredientes que quizá no conozca. A veces, cuando abres el tarro de miel y oyes un pequeño sonido «pop», eso puede ser señal de que la miel ha sido adulterada, ya que puede haber tenido lugar algún proceso de fermentación en su interior.
La mejor calidad de la miel procede de las abejas y no de las fábricas, por lo que un buen punto de partida sería leer la etiqueta de los ingredientes. Busque palabras como «cruda», «natural», «miel de bosque» u «orgánica»: pueden ser más seguras que la miel normal. Pero, dado que la normativa alimentaria sigue siendo un poco dudosa, nunca se puede estar demasiado seguro y esto puede no ser una forma infalible. Entonces, ¿se puede distinguir realmente la miel auténtica de la falsa? Para saber la verdad, pruébala en casa. He aquí algunos trucos fáciles para comprobar su pureza y formas de detectar la miel adulterada. 1. La prueba del pulgarColoque una pequeña cantidad de miel en su pulgar y compruebe si se derrama o se extiende como cualquier otro líquido. Si lo hace, es posible que no sea pura. La miel pura es espesa, mientras que la impura es líquida. La miel pura se adhiere a la superficie sobre la que se aplica y no gotea. Además, el sabor de la miel impura puede persistir debido a la presencia de azúcares añadidos.2. La prueba del aguaToma una cucharadita de miel y ponla en un vaso lleno de agua. La miel falsa o adulterada se disolverá en el agua, mientras que la miel pura, que tiene una textura más densa, se depositará en el fondo del vaso en forma de grumos. Lo mismo ocurre con el papel secante o un paño blanco. Si viertes miel pura sobre ambos, no se absorberá ni dejará manchas. (Lea también: Por qué la miel cruda es mejor que la normal)
3. La prueba de la llamaPuede que no lo sepa, pero la miel pura es inflamable. Sin embargo, le pediremos que tenga la máxima precaución al realizar esta prueba y que lo haga bajo su propio riesgo. Coge una cerilla seca y sumérgela en la miel. Golpea la cerilla contra la caja de cerillas. Si se enciende, la miel es pura. Si no se enciende, puede estar adulterada y también puede contener alguna cantidad de humedad añadida durante la contaminación. 4. Usa vinagre
Mezcla una cucharada de miel, un poco de agua y 2-3 gotas de esencia de vinagre. Si esta mezcla hace espuma, hay una probabilidad muy alta de que su miel pueda estar adulterada.
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5. La prueba del calorSi calientas la miel pura, se caramelizará rápidamente y no se volverá espumosa. Pero, en el caso de la miel impura puede no caramelizarse y volverse burbujeante al calentarse. Muchas de las diferencias entre la miel pura y la adulterada también pueden identificarse a simple vista, examinando sus propiedades físicas. La miel pura es densa y sólo gotea en un chorro. Tiene una textura suave, nunca se separa en capas y ofrece un claro aroma dulce. La miel cruda, que es la miel en su forma más pura, suele dejar una ligera sensación de hormigueo o un leve ardor en la garganta cuando se consume.