Enseñar a los empleados es la clave para crear y mantener una plantilla automotivada. Al principio, se necesitará más tiempo: todo el proceso de enseñar a un hombre a pescar en lugar de sólo atrapar a un hombre. Pero los resultados merecen la pena.
Cuanto mejor sea el coaching, más preparado estará su equipo para alcanzar sus objetivos. El coaching exitoso guía a los empleados en la dirección correcta, pero promueve el pensamiento independiente y la colaboración del equipo para superar los obstáculos. Esto, a su vez, fomenta una relación de confianza y capacita al equipo para actuar con dinamismo.
Ese coaching fundamental será la base sobre la que se construyan y mantengan procesos sólidos. Todos estos elementos combinados permiten a su empresa desbloquear grados de éxito cada vez más altos.
Siga estos pasos para que su proceso de coaching y retroalimentación sea más eficaz.
- Decida lo que quiere lograr
- Elija el camino correcto
- Manténgase al tanto del proceso
- Dar retroalimentación
- Revise y recalibre
- 5 componentes cruciales para crear un coaching de éxito
- Alinee el coaching con los valores fundamentales de su empresa
- Entender lo que motiva a sus empleados
- Mantenga la colaboración
- Conoce la dinámica de tu equipo
- Tanto arte como ciencia
Decida lo que quiere lograr
Antes de dirigirse a sus empleados con un nuevo proyecto, debe tener claro en su propia mente lo que quiere que logren.
El coaching de los empleados suele tener dos vertientes. O bien los entrena para que mejoren (o porque están haciendo algo mal); o los entrena en un nuevo proceso o tema que requiere capacitación.
Sea cual sea el motivo, concéntrese en cómo debe ser el resultado final más que en cómo cree que deben llegar a él. Piense en el panorama general. ¿Cómo afectará a los objetivos generales de su empresa? ¿Cómo afectará al papel de sus empleados a largo plazo?
Si puede transmitir esto y cuál debería ser el resultado y por qué, es más probable que consiga la aceptación de los empleados. Discuta lo que quiere conseguir y sea claro sobre sus expectativas.
Déles una imagen del resultado deseado, pero no les dé necesariamente la hoja de ruta sobre cómo llegar a él a menos que la pidan. Puede que tengan una forma de actuar diferente a la suya, y eso está bien.
Pida su opinión y sus ideas. Tal vez aporten algo nuevo que no se haya estudiado antes. Tal vez aporten una cuestión sobre algo que no se había pensado antes. Un entrenador tiene la flexibilidad de ajustarse a menos que se trate de algo que implique un procedimiento estándar.
Elija el camino correcto
Ahora que el empleado conoce el por qué de este esfuerzo es el momento de hablar de cómo llegar a él.
Establezca criterios específicos sobre lo que debe incluir el resultado y un calendario. ¿Se ha hecho esto antes? Si es así, ¿hay alguien más dentro de la empresa o del equipo que pueda dar algún consejo de primera mano?
La comunicación debe darse antes, durante y después del proceso. Es importante no limitarse a darles instrucciones y mandarles a paseo.
Una de las claves para determinar el mejor enfoque es conocer las habilidades y áreas de experiencia de sus empleados. Algunos necesitarán más instrucciones que otros, dependiendo del tema.
Por ejemplo, un empleado nuevo que intente realizar una tarea desconocida podría sentirse frustrado si no recibe una cantidad considerable de entrenamiento. Por el contrario, a un empleado con experiencia le puede resultar molesto ese mismo entrenamiento.
Un entrenador eficaz conoce a sus alumnos hasta cierto punto a nivel personal. Entender lo que les entusiasma puede ayudar a persuadir a alguien para que crezca o cambie, enmarcando el consejo de la manera más efectiva.
Los mejores entrenadores encuentran la mejor manera de entrenar e inspirar para que el equipo se mueva en la dirección deseada.
Manténgase al tanto del proceso
Vuelva a intervalos regulares para comprobar el progreso y anime a los empleados a hacer preguntas si tienen alguna preocupación o problema.
No se exceda microgestionando a su personal. Esté ahí para guiar, instruir y ofrecer ánimo y dirección cuando sea necesario, pero déles libertad y autonomía.
Otro reto para el entrenador es corregir sin hacerlo en un tono negativo. Hay una delgada línea entre el buen apoyo y la microgestión, y los mejores entrenadores saben cómo evitar cruzar esa barrera.
Mida el progreso del empleado en relación con el calendario y los hitos que usted estableció y acordó. Si necesita ajustar el calendario, discútalo con el empleado e indíquele lo importante que puede ser (o no) para el éxito del proyecto.
Dar retroalimentación
La retroalimentación es un proceso bidireccional. Los empleados deben comunicar cualquier problema. Usted, como entrenador, debe responder con una retroalimentación constructiva sobre su progreso y cómo pueden mejorar.
Asegure a sus empleados y trate de mantener el mensaje positivo, pero no lo endulce. La retroalimentación puede ser difícil cuando el resultado no va bien, pero tienes que ser directo y honesto. No le haces ningún favor al empleado si no lo haces.
Para proporcionar una retroalimentación directa:
- No sea vago
- Provea ejemplos
- Dígales lo que no se hizo bien
- Muestre cómo debería hacerse de manera diferente
- Explique por qué debería hacerse de cierta manera
Asegúrese de que sus empleados tengan todos los recursos necesarios para cumplir la meta. Ayúdeles a eliminar los obstáculos o consecuencias imprevistas que puedan dificultar su progreso.
Recuerde siempre ser alentador y ayudarles a través de la formación. Su objetivo es ayudarles a crecer y aprender. A veces, la gente necesita un poco de optimismo para seguir adelante.
Revise y recalibre
Reúnase una última vez con sus empleados para analizar el proyecto en su conjunto. Hable de lo que ha funcionado, de lo que no ha funcionado y de lo que podría hacerse de forma diferente la próxima vez. Dedique tiempo a celebrar el éxito y a recompensar sus logros.
El refuerzo positivo ayuda a que el esfuerzo extra merezca la pena para sus empleados y les anima a seguir avanzando.
5 componentes cruciales para crear un coaching de éxito
Alinee el coaching con los valores fundamentales de su empresa
El coaching es la clave para alcanzar los objetivos de la empresa. Por lo tanto, su coaching debe basarse en los valores fundamentales de su organización.
Se convierten en el porqué de sus consejos y ánimos. De esta manera, su coaching se convierte en algo menos importante que lo que usted piensa y refuerza la cultura que desea en su organización.
Cuando usted y sus empleados miran juntos el panorama general, esto debería ayudarles a ser más receptivos con usted también.
Entender lo que motiva a sus empleados
Está bien preguntarles directamente, en una reunión individual, qué les hace sentirse motivados. O puede distribuir un cuestionario a todos sus empleados a la vez.
Tenga conversaciones informales en las que averigüe qué hacen el fin de semana y cuáles son sus aficiones. Es más probable que se esfuercen más por un líder que realmente se preocupa por su bienestar.
Hay un lado humano en el entrenamiento. Un entrenador de fútbol que grita a los jugadores puede descubrir que es ineficaz. Si el entrenador apela a los antecedentes del jugador, puede ser capaz de hablar el idioma del jugador y así motivarlo mejor.
Mantenga la colaboración
Sin importar la situación, las conversaciones de entrenamiento deben fluir en ambas direcciones con amplias oportunidades para la retroalimentación y la discusión mutua. De esta manera, no estás quitando la responsabilidad de tus empleados en el asunto ni haciendo el trabajo por ellos. La colaboración en el coaching enfatiza la relación y os enseña a convertiros en cajas de resonancia el uno del otro.
Cuando estableces una gran relación de coaching con tus empleados, puede mejorar cada interacción que tengas con ellos y facilita mucho la gestión. Un coaching eficaz puede generar más confianza en ambas partes y mantener la puerta de la mejora abierta en todo momento.
Conoce la dinámica de tu equipo
Como coach, seguro que no quieres poner en un proyecto a personas que no trabajan bien juntas. Si es inevitable, ayúdales a encontrar un terreno común. En última instancia, tu objetivo es conseguir el mejor resultado posible para la empresa.
Todo se reduce a un buen coaching. Si no está dispuesto a invertir su tiempo, recursos y habilidades para entrenar a un individuo, el éxito es poco probable.
Tanto arte como ciencia
El coaching está ahí para ayudar a todos a tener éxito. Los entrenadores eficaces inspiran y escuchan. Construyen fuertes relaciones de confianza basadas en el conocimiento de su gente y en una buena capacidad de comunicación.
Los coaches deben estar dispuestos a trabajar junto al empleado, o a asumir la culpa si algo se ha hecho mal.
Puedes dar a cualquiera una guía paso a paso sobre cómo hacer algo. Pero no vas a entrenar a todo el mundo de la misma manera. Algunas personas necesitan un coaching más visual, otras son auditivas. Otras necesitan ayuda manual. Las personas tienen diferentes motivaciones.
Esta variedad de factores y personalidades puede hacer que el coaching sea tanto un arte como una ciencia. Pero si se hace correctamente, el coaching puede ayudar a sus empleados y a su empresa a salir ganando al final.
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