La decisión de GM de cerrar cinco plantas en Norteamérica podría suponer la pérdida de unos 11.300 trabajadores estadounidenses. Sin embargo, el hecho de que una marca americana abandone la producción en EE.UU. no perjudicará realmente a los estadounidenses a la hora de comprar un coche fabricado en ese país. En nuestra economía globalizada, los orígenes de los automóviles son tan internacionales como sus marcas. Usted puede tener un Toyota «japonés», pero podría estar fabricado en Kentucky. ¿Cómo puede saberlo? Se llama Número de Identificación del Vehículo o VIN.
Los fabricantes de automóviles comenzaron a estampar números únicos en sus productos ya en la década de 1950. La Organización Internacional de Normalización describió un sistema para los VIN en 1977. El Departamento de Transporte de EE.UU. declaró en 1980 que todos los vehículos adoptarían el sistema de diecisiete dígitos en 1981. Todo tipo de información sobre un coche está codificada en su VIN. Por ejemplo, el número de bastidor se puede utilizar para buscar el historial de propiedad de un coche, para comprobar si tiene airbags de cortina o si el volante ha sido retirado del mercado. También puede utilizarse para determinar dónde se ensambló el coche.
Decodificador internacional de VIN
Los VIN suelen estar impresos en el interior del parabrisas del lado del conductor y en el marco de la puerta del conductor. Para averiguar la procedencia de un coche, introduzca los tres primeros caracteres de un VIN. Estos dígitos son lo que se conoce como identificador mundial del fabricante.
Hoy en día ningún coche se fabrica por completo en un solo país. Las piezas y el ensamblaje de componentes cada vez más grandes se producen a lo largo de una cadena de suministro internacional antes de que un coche salga de una línea de producción. Las políticas comerciales restrictivas -aunque posiblemente estén dirigidas a un fabricante de automóviles extranjero- pueden perjudicar más a una marca nacional si ésta ensambla sus coches en el extranjero. Por ejemplo, el Lincoln MKZ «americano» se ensambla en México y el Toyota «japonés» ensambla su Camry en Estados Unidos. Los aranceles perjudican al propietario de Lincoln, Ford, con sede en Estados Unidos, y protegen a Toyota, con sede en Japón.