La enfermedad puede contagiarse no sólo por contacto directo entre dos niños, sino también por contacto indirecto a través de objetos inanimados. Así, un niño puede contraer el hongo al compartir un sombrero o un cepillo de pelo de un compañero infectado, o incluso al sentarse en un asiento utilizado recientemente por un niño portador del hongo.

También se sospecha que la enfermedad se propaga a través de las peluquerías, por lo que los padres deben asegurarse de que los peluqueros que cortan el pelo a sus hijos esterilizan los peines, las tijeras, las maquinillas y otros equipos.

El hongo del cuero cabelludo está aumentando con la suficiente rapidez en Estados Unidos como para justificar una conferencia sobre el tema. Patrocinada por el departamento de dermatología de la UAB, la conferencia tuvo lugar en Savannah, Georgia, el pasado fin de semana y reunió a expertos de todo el país. Elewski ayudó a moderar la reunión.

«Se trata de un pequeño hongo en el que no pensamos mucho», dice, «pero si le afecta a usted o a los miembros de su familia, puede ser una pesadilla».

Por ejemplo, dice Elewski, la tiña del cuero cabelludo no tratada puede provocar parches permanentes de calvicie. Además, los niños con infecciones graves pueden pasar por períodos de malestar, lo que puede afectar al rendimiento escolar.

El principal tratamiento para la tiña del cuero cabelludo es un fármaco antifúngico llamado griseofulvina (las marcas comerciales incluyen Fulvicin, Grifulvin y Grisactin). Debe tomarse por vía oral durante al menos ocho semanas y hasta que desaparezcan todos los síntomas.

Aunque el pelo puede tardar en volver a crecer, no deje de dar a su hijo el medicamento hasta que desaparezcan todas las escamas, la descamación y los granos. Hay otros antifúngicos disponibles para probar si la griseofulvina no funciona, pero aún no están aprobados oficialmente para esta afección o para su uso en niños.

Si su hijo debe recibir tratamiento para la tiña del cuero cabelludo, considere la posibilidad de tratar a toda la familia. Es muy posible que su hijo la haya transmitido a sus hermanos o padres. De hecho, los expertos recomiendan que cuando a dos o más niños de una clase se les diagnostique esta enfermedad, se informe a los padres de todos los demás niños, para que hagan revisar a sus propios hijos.

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