Rascarse, rascarse, rascarse. Nos vuelve locos cuando nuestras mascotas tienen picores, ¿verdad? No es sólo que el sonido sea molesto, sino que sabemos que deben ser miserables. No hay nada peor que un picor que no se puede, bueno, rascar.
Una de las posibles causas del picor en las mascotas es una enfermedad de la piel llamada sarna, un tipo de sarna. Afecta tanto a perros como a gatos, pero los culpables son diferentes ácaros.
Altamente contagiosa
En los perros, el ácaro Sarcoptes scabiei se introduce en la piel para poner huevos. ¡Qué asco! Estos ácaros altamente contagiosos se encuentran en todo el mundo, pero en los Estados Unidos, se ven más a menudo en las zonas con altas poblaciones de zorros y coyotes, según mi colega William H. Miller, VMD, un experto en dermatología veterinaria en el Colegio de Medicina Veterinaria de Cornell. La infestación se produce cuando un perro entra en contacto con la guarida de un zorro infestado, por ejemplo. La sarna también se propaga fácilmente en condiciones de hacinamiento, como los refugios de animales o las tiendas de mascotas.
La sarna es menos común en los gatos, pero el contacto con un felino infestado puede convertirlos en huéspedes de un ácaro llamado Notoedres cati, que también se introduce bajo la piel. Los gatos también son susceptibles de contraer el ácaro que causa la sarna canina, contagiándose de perros infestados, lo que no parece justo. Pero, afortunadamente, este tipo de infestación es poco frecuente.
Los ácaros de la sarna sarcóptica también pueden contagiar a los humanos, bueno, más o menos. Según los Centros de Control de Enfermedades, los ácaros de la sarna canina o felina pueden introducirse en la piel humana, provocando picores e irritaciones temporales, pero esto sólo dura un par de días, porque esos ácaros no suelen sobrevivir mucho tiempo en los humanos. Sin embargo, no te sientas superior. Los humanos son susceptibles de sufrir sus propias infestaciones de ácaros por Sarcoptes scabiei var. hominis.
Los ácaros caninos y felinos tienen ciclos de vida similares. Viven de 17 a 21 días, pasando todo su tiempo en el animal infestado. Tras la exposición a un animal infestado de ácaros (transmisión directa) o a la ropa de cama (transmisión indirecta), los signos pueden tardar entre 10 días y ocho semanas en aparecer. La duración de este periodo de incubación depende de factores como el número de ácaros transmitidos y la salud de cada animal.