Frontal de la edición de Everyman publicada por John Sklot c. 1530.
The Somonyng of Everyman (The Summoning of Everyman), a la que se suele referir simplemente como Everyman, es una obra moral de finales del siglo XV. Al igual que la novela cristiana de John Bunyan El progreso del peregrino, de 1678, Everyman utiliza personajes alegóricos para examinar la cuestión de la salvación cristiana y lo que el hombre debe hacer para alcanzarla. La premisa es que las buenas y malas acciones de la vida de uno serán contadas por Dios después de la muerte, como en un libro de contabilidad. La obra es la contabilidad alegórica de la vida de Everyman, que representa a toda la humanidad. En el transcurso de la acción, Everyman intenta convencer a otros personajes para que le acompañen con la esperanza de mejorar su cuenta. Todos los personajes son también alegóricos, y cada uno de ellos personifica una idea abstracta, como el compañerismo, los bienes (materiales) y el conocimiento. El conflicto entre el bien y el mal se dramatiza mediante las interacciones entre los personajes. Everyman es señalado porque le resulta difícil encontrar personajes que le acompañen en su peregrinaje. A través de este peregrinaje, Everyman acaba dándose cuenta de que está esencialmente solo, a pesar de todos los personajes personificados que le eran supuestamente necesarios y amigos. Everyman aprende que cuando uno es llevado a la muerte y puesto ante Dios lo único que le queda es su propio buen hacer.