Por Luke Savage, LEED Green Associate, Ventilation Technology Manager

El 17 de agosto de 2011 en Artículos

El ácido perclórico (HClO4) es un líquido transparente e incoloro, útil en el laboratorio como fuerte oxidante. Deseable en el procesamiento químico, el ácido perclórico ofrece las propiedades de un ácido mineral, sin introducir iones como el cloruro, el nitrato o el sulfato.

Este producto químico corrosivo conlleva los peligros típicos de la mayoría de los ácidos; es dañino si se ingiere, causando quemaduras en el tracto digestivo y respiratorio, y si se expone al exterior de su cuerpo puede causar quemaduras en los ojos y la piel. Además, el ácido perclórico es también explosivamente inestable en algunas condiciones. El ácido perclórico no es explosivo en solución, sólo es extremadamente corrosivo y perjudicial para respirar. Esto justifica el uso de una campana de gases químicos.

Si el ácido se evacua en el mismo equipo de ventilación que capta los orgánicos, el residuo salino del ácido perclórico es saturado por los orgánicos, y se forma una nueva estructura molecular que es altamente inestable. Esto ocurre cuando se permite que el vapor de ácido perclórico se condense en los conductos y luego se evapore, dejando una sal llamada perclorato.

Los cristales de perclorato son explosivos y pueden detonarse por calor, llama, fricción, percusión o reacción química. Aunque algo tan pequeño como la vibración del motor del soplador puede provocar una reacción violenta, normalmente no se encuentran dificultades adicionales hasta que llega el momento de desmantelar el sistema.

El peligro se produce cuando un contratista mecánico, sin ser consciente de los peligros que conlleva, puede intentar desmantelar o realizar el mantenimiento del sistema mecánico y, en el proceso, desprender los cristales provocando una situación catastrófica.

Afortunadamente, el ácido perclórico puede neutralizarse con agua y las sales de perclorato se disuelven en agua. Las aplicaciones de ácido perclórico requieren equipos especiales que incluyan sistemas completos de lavado, materiales específicos de construcción y sistemas mecánicos dedicados.

Puede haber excepciones a lo anterior, especialmente si el ácido es diluido, en pequeñas cantidades, se utiliza con poca frecuencia y no se calienta. En esta situación hay que extremar las precauciones para evitar derrames. Un ejemplo de este tipo de trabajo son las transferencias perclóricas. La cuestión debe abordarse con el responsable de salud y seguridad de la instalación, para determinar si la aplicación específica entra en esta categoría.

Para conocer la composición detallada, las medidas de primeros auxilios, el manejo seguro de una fuga accidental y/o las medidas de extinción de incendios, una gran referencia es la hoja de datos de seguridad del material (MSDS). Para obtener información sobre el diseño de campanas de gases y sistemas mecánicos, consulte una variedad de recursos de buena reputación, incluyendo:

  • CRC Handbook of Laboratory Safety, CRC Press, Boca Raton, FL, 1990.
  • ACGIH Industrial Ventilation, A Manual of Recommended Practice
  • NFPA 45-2011, Section 8.11 Perchloric Acid Hoods
  • ANSI/AIHA Z9.5, 2003, 3.2.4 Perchloric Acid Laboratory Chemical Hoods

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