Aquellos que pueden hacer creer absurdos pueden hacer cometer atrocidades.
Voltaire

Las ideas gobiernan el mundo.

Si puedes vender tu idea a un gran grupo de personas, puedes hacerte rico, puedes ser elegido, puedes eliminar a tus enemigos de los puestos de poder.

Solía pensar que el poder venía de los soldados, los misiles y los tanques, pero estaba equivocado. El poder viene de la capacidad de convencer a un amigo, o quizás a una nación, de que algo es bueno y otra cosa es mala. (Todas las fuerzas importantes que nos rodean son ideas. La democracia es una idea, el racismo también).

La gente poderosa tiene un profundo conocimiento de donde proviene su poder y su prioridad número 1 es la guerra ideológica.

Esto significa que ahora mismo hay una guerra para colocar pensamientos específicos dentro de tu cabeza. La libra cualquiera que tenga un motivo y los recursos para cambiar la opinión pública: partidos políticos, gobiernos, dictadores, grandes corporaciones, organizaciones terroristas y agencias de inteligencia.

El arma para luchar en esta guerra de información se llama propaganda.

La Edad de Oro de la Propaganda

La propaganda no es nada nuevo. Siempre ha formado parte de la sociedad humana.

A todo el mundo le gusta una buena historia y toda buena propaganda es esencialmente eso: una historia. Hay un monstruo y un salvador. Un grupo de personas serán culpadas de todos sus problemas y habrá una persona que puede salvarlos.

En el pasado, esta historia tóxica se difundía a través de carteles, discursos y simples películas. En el mundo moderno, sin embargo, encontramos propaganda en Internet.

Internet ha mejorado nuestras vidas en muchos aspectos. Irónicamente, ahora se utiliza como una herramienta conveniente para difundir información errónea. Facebook, Instagram, WhatsApp, blogs, foros de discusión y sitios de periódicos están llenos de propaganda.

Lo sé, todos nos esforzamos por mantener los ojos abiertos, pero cada día es más difícil distinguir los hechos de las opiniones. Un suministro infinito de noticias falsas parece seguir ahogando la verdad.

Es hora de exponer las ingeniosas técnicas de propaganda que se utilizan contra nosotros en el mundo moderno. ¿Estás preparado?

  • Persuasión emocional
  • Desinformación
  • Negación de la verdad
  • Lucha contra la propaganda

Persuasión emocional

El arte de la propaganda reside en comprender las ideas emocionales de las grandes masas.
Adolf Hitler

Nos gusta pensar que somos perfectamente racionales y razonables, pero ¿lo somos realmente?

La gente, especialmente en grupos, no se forma opiniones basadas en hechos y razones. La gente se rige por las emociones.

Así que la primera tarea de los propagandistas es unir nuestras emociones y sentimientos a su causa. Entonces será un juego de niños manipularnos para que actuemos irracionalmente.

Ningún partido político quiere seguidores que analicen racionalmente sus iniciativas. En su lugar, necesitan personas que se impliquen emocionalmente en el partido. El seguidor más valioso, por tanto, es alguien que ha hecho del partido político una parte de su identidad.

La persuasión emocional utiliza la comunicación para formar opiniones en lugar de aumentar el conocimiento. Sus argumentos se basan en gran medida en la explotación de falacias lógicas y sesgos cognitivos.

Una falacia lógica es un error de razonamiento furtivo. A los políticos les encanta engañarnos con su lógica defectuosa y su falacia favorita, con diferencia, es el ad hominem. Es cuando atacan el carácter de su oponente, en lugar de atacar el argumento de su oponente. El resultado es un discurso político lleno de insultos, ataques personales y burlas.

Los sesgos cognitivos son errores en la forma en que nuestro cerebro interpreta la información. Uno de estos sesgos es el de confirmación, que es el deseo que todos tenemos de proteger nuestras creencias existentes. El resultado es que acabamos compartiendo historias en las redes sociales que apoyan nuestros puntos de vista, incluso si son noticias falsas sesgadas.

Otro truco que utilizan los propagandistas es fomentar el uso de etiquetas. Cuando se etiqueta a un grupo de personas, se les deshumaniza. ¿Por qué debería respetarlos a ellos? Son un grupo de SJWs/fascistas!

El poder de la persuasión emocional no tiene límites. Se puede utilizar para crear una imagen pública más grande que la vida de un líder o para convencer a una comunidad de que son culturalmente superiores a sus vecinos.

Desinformación

Por qué, a veces he creído hasta seis cosas imposibles antes de desayunar.
Alice in Wonderland

Todo el mundo cae en las noticias falsas. (Sé que yo lo he hecho.)

Hablamos de historias que son completamente falsas, pero que se empaquetan para que parezcan noticias creíbles. Se trata de una actividad organizada que emplea a miles de personas y está bien financiada.

Los autores de las noticias falsas son expertos en su campo. Han estudiado nuestras características psicográficas y saben cómo hacer que un tema se vuelva viral.

Este fenómeno recibe varios nombres. Los militares estadounidenses lo llaman operaciones psicológicas. Los rusos lo llaman medidas activas. Los medios de comunicación lo llaman fake news. Se le puede llamar engaño digital, desinformación online o, simplemente, mentiras.

Las estrategias para las campañas de desinformación fueron inventadas por la agencia de espionaje rusa, la ya desaparecida, KGB. El New York Times ha estudiado sus tácticas de engaño que intentaré explicar aquí.

El primer paso es buscar grietas en la sociedad que puedan ser explotadas. Luego se enfatizarán estas divisiones sociales mezclando la verdad con la mentira. (La verdad aportará la credibilidad y las mentiras provocarán la viralidad). Piensa en un canal de noticias que hace periodismo de calidad el 80% del tiempo: puede ocultar eficazmente el 20% de noticias falsas.

En el siguiente paso, los propagandistas influirán en los expertos para que repitan la línea del partido. Posteriormente, estos expertos sesgados se proyectan como expertos independientes en la televisión nacional. Se crean noticias falsas, rumores y teorías conspirativas para apoyar la ideología. Luego son compartidos con entusiasmo por los idiotas útiles que creen que son verdaderos.

Esto confunde a la gente hasta tal punto que nadie puede ponerse de acuerdo sobre los hechos. Y una discusión sana sobre los temas se vuelve imposible.

Cuanto más se repite una historia falsa, más empieza a parecernos real. En consecuencia, se crea una cantidad masiva de noticias falsas, que se repiten una y otra vez. Al final, la gente empieza a pensar «¡Al menos algo de eso debe ser verdad!»

Si a una parte de la población se le lava el cerebro para que crea que «2+2=5», y a otra para que crea que «2+2=3», entonces ese es el fin de una ciudadanía empoderada, la muerte de la democracia.

El último paso, para los propagandistas, es tener una estrategia a largo plazo. La subversión ideológica no se produce en cuestión de días. Requiere paciencia y grandes recursos. No utilizan una cuenta en las redes sociales para difundir información falsa, sino decenas de miles.

Las personas que discutieron contigo en la sección de comentarios podrían haber sido trolls pagados. Esa historia que te indignó podría haber sido una noticia falsa. Y ese tuit con mil retweets probablemente era obra de bots.

Los propagandistas esperan que la acumulación de noticias falsas cree algún día un impacto social a gran escala.

Negación de la verdad

La libertad es la libertad de decir que 2 más 2 son 4. Si se concede eso, todo lo demás viene por añadidura.
1984 (George Orwell)

Bienvenidos al país de pesadilla de la política de la posverdad, donde la negación de la verdad es una estrategia política aceptable.

Los líderes pueden afirmar audazmente que «2+2=5» en la televisión y salirse con la suya. Pueden insistir en que el cambio climático no existe, que la violencia está justificada y que las leyes discriminatorias son justas.

Se nos exige que creamos que la verdad es antipatriótica, o peor, irrelevante. A cambio, se nos ofrece una avalancha de medias verdades, contradicciones, paradojas, despistes, exageraciones y prejuicios.

Cualquier hecho inconveniente puede ser simplemente negado y hay trucos conocidos para hacerlo. Los propagandistas pueden fingir que no entienden una pregunta incómoda, dar una respuesta vaga o salirse por la tangente.

Están entrenados en técnicas de relaciones públicas como el doble lenguaje, la no negación, la no disculpa y el cherry picking.

La política de la posverdad está creando una sociedad en la que la gente cree que la verdad -concreta, medible y absoluta- no existe en absoluto. Una sociedad en la que un punto de vista importa más que la realidad, en la que se habla de «tu-verdad» y «mi-verdad».

Y ésta será la victoria definitiva de los propagandistas: nos habrán convencido de que la verdad misma es una mentira. En otras palabras, el discurso político racional quedaría fuera de juego.

Lucha contra la propaganda

No podemos esperar que toda la propaganda desaparezca porque eso nunca ocurrirá. Tristemente, es una característica de la sociedad humana que se encuentra en todo el mundo.

Al mismo tiempo, las sociedades sanas no se construyen sobre una base de desinformación y mentiras. Tenemos que asegurarnos de que las ideas que tenemos en la cabeza se ajustan a la realidad. Esa es la única manera de saber qué política nos conviene y cuál no.

La lucha contra la propaganda no es un movimiento de masas. Es un movimiento individual. Tienes que asumir la responsabilidad de lo que crees, y todos los demás tienen que hacerlo también.

Empecemos por darnos cuenta de que el lenguaje puede (y ha sido) convertido en un arma. ¿Puedes identificar el sesgo oculto en los artículos con carga política que lees?

Y la próxima vez que tengas ganas de compartir algo en las redes sociales, párate un momento. ¿Has leído la historia o sólo el titular? ¿Lo compartes porque crees que es cierto o simplemente porque apoya tus creencias?

La desinformación sólo es eficaz si reaccionamos ante ella. Si la ignoramos, tendrá la muerte rápida y solitaria que se merece.

Insiste en las noticias verificadas, no en las de última hora. (No hay gloria en ser el primero en informar de una noticia falsa.)

El último paso en la lucha contra la propaganda me asusta, pero es esencial. Tenemos que mirar de cerca nuestras propias opiniones y preguntarnos: «¿De dónde vienen estas opiniones?». Sólo hay dos fuentes posibles: la realidad o la propaganda.

Hasta aquí…

¡Felicidades! Al descubrir estas técnicas de manipulación, ya te has unido a la lucha contra la propaganda.

Si te interesa profundizar en la madriguera del conejo, aquí tienes algunos libros que te resultarán interesantes: 1984, El arte de la guerra, Un mundo feliz, Manufacturing Consent y La propaganda de Bernays.

Si prefieres ver documentales, aquí tienes algunos buenos: Active Measures, Century of the Self, The Great Hack, Propaganda: El arte de vender mentiras.

¿Qué técnicas de propaganda has presenciado recientemente?

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