Adecuado para una princesa
La actriz y nativa de Filadelfia Grace Kelly (1929-1982) llevó este vestido para su boda con el Príncipe Rainiero III de Mónaco el 19 de abril de 1956. Regalo de su estudio, Metro-Goldwyn-Mayer, el vestido fue diseñado por la diseñadora de vestuario Helen Rose, ganadora de un premio de la Academia, que había creado el vestuario de la estrella para cuatro películas, entre ellas Alta sociedad y El cisne.
Perfecto de pies a cabeza
El departamento de vestuario de GMM lo construyó con un cuidado meticuloso bajo estricta seguridad. En cuanto a estilo y detalles, el vestido fue concebido para complementar la imagen de princesa de hadas de la novia. La falda acampanada de faille marfil, sostenida por tres enaguas unidas, se abre en una elegante cola de encaje. El corpiño de cuello alto de encaje antiguo de Bruselas se bordó de nuevo para que las costuras fueran invisibles y se acentuó con perlas. El encaje adornado con perlas cubre el libro de oraciones, los zapatos y el gorro que lo acompaña, que está coronado por una corona de flores de azahar. El velo circular se diseñó especialmente para no ocultar el famoso rostro de la novia.
Icono de estilo
Como estrella de Hollywood, Kelly era conocida por su belleza y talento y por su estilo clásico y discreto que inspiró el fenómeno de la moda conocido como el look Grace Kelly. Como novia de la realeza, su magnífico pero sencillo conjunto despertó un gran interés y admiración. Poco después de la boda, la princesa regaló el vestido al museo, donde se ha convertido en uno de los objetos más populares y queridos de la colección, y sigue siendo el máximo exponente de la elegancia nupcial.