Charles Levine
Revisado por expertos
El consumo excesivo de etanol (EtOH) tiene muchos efectos nocivos en el cuerpo humano. El corazón es uno de los objetivos de los daños causados por el consumo de EtOH, ya que el consumo crónico de EtOH conduce a la disminución de la función cardíaca y a la enfermedad cardíaca estructural, incluyendo la cardiomiopatía dilatada.(1) El mecanismo exacto por el que el EtOH ejerce sus efectos nocivos sobre el corazón sigue siendo poco conocido y es un área de investigación activa. Este informe se centrará en algunos de los mecanismos propuestos y en algunos avances recientes en la comprensión de la patogénesis de la cardiomiopatía inducida por el EtOH.
La patogénesis de la cardiomiopatía alcohólica es probablemente multifactorial, y las pruebas actuales sugieren un papel para la disminución del acoplamiento excitación/contracción, el daño oxidativo y la desestabilización de la membrana en los miocitos cardíacos. Sin embargo, se desconoce el evento iniciador clave. Se han propuesto varias teorías para explicar la patogénesis subyacente de la miocardiopatía alcohólica. Aquí se revisarán dos de las principales teorías.
La idea de que la apoptosis subyace al daño miocárdico observado en la miocardiopatía alcohólica fue propuesta por primera vez en el año 2000 por Chen et al, basándose en la observación de que varios marcadores de apoptosis se observaban elevados en muchas enfermedades cardíacas.(2-4) Un estudio más reciente examinó los corazones post mortem de 20 alcohólicos de larga duración y los comparó con controles no alcohólicos y con corazones de pacientes con hipertensión pero sin alcoholismo. La tinción histológica para detectar la apoptosis mediante el etiquetado con níquel d-UTP de la desoxinucleotidil transferasa terminal (TUNEL), así como la tinción para varios marcadores de apoptosis, incluidos el Bcl-2 y la caspasa-3 activada, revelaron un nivel significativamente elevado de apoptosis en los corazones de alcohólicos e hipertensos, en comparación con los corazones de control.(5) Los autores concluyeron que el alcohol media sus efectos nocivos en el corazón a través de la inducción de la apoptosis. Sin embargo, estos estudios no lograron identificar ninguna conexión mecánica entre la exposición al EtOH y la muerte de los miocitos.
Otra teoría ha sido denominada teoría de la toxicidad del acetaldehído por Cai et al.(6) La teoría se basa en la observación, realizada hace varias décadas en ratas, de que la exposición aguda al EtOH puede disminuir la contractilidad cardíaca.(7) Se planteó entonces la hipótesis de que los efectos a largo plazo de la exposición al EtOH sobre la contractilidad cardíaca podrían ser el resultado de la exposición crónica al propio EtOH o de la exposición a un metabolito tóxico del EtOH, posiblemente el acetaldehído, que se metaboliza a partir del EtOH en el hígado por las enzimas alcohol deshidrogenasa y P450IIE1.(8)
Para dilucidar los efectos exactos del acetaldehído en varios procesos celulares y fisiológicos, Li y Ren realizaron recientemente un elegante estudio utilizando ratones transgénicos. Estos ratones expresan un transgén que codifica la enzima humana alcohol deshidrogenasa.(9) Alimentando a estos ratones con altos niveles de etanol, pudieron simular los altos niveles séricos de acetaldehído observados en los alcohólicos crónicos humanos. Los autores alimentaron con EtOH a ratones transgénicos y a ratones de control no transgénicos y analizaron estos ratones en cuanto a la señalización de la insulina en el corazón, el estrés oxidativo y del retículo endoplásmico (RE) en el corazón, y la función cardíaca en general. Cualquier diferencia entre los dos grupos podría atribuirse al aumento de la exposición al acetaldehído.
Interesantemente, los autores encontraron diferencias significativas entre los dos grupos de ratones en todos los procesos que probaron. Ya se sabía que la ingesta crónica de EtOH provoca un deterioro de la tolerancia a la glucosa y una disfunción cerebral secundaria a la reducción de la señalización de los receptores de insulina. Sin embargo, no estaba claro si estos efectos estaban relacionados con la cardiomiopatía inducida por el EtOH. Este estudio aporta pruebas de que estos efectos contribuyen efectivamente a la patogénesis de la cardiomiopatía alcohólica. La alimentación crónica con alcohol provocó intolerancia a la glucosa, disminución de la captación cardíaca de glucosa, hipertrofia cardíaca y disfunción contráctil en los ratones de control. Estos efectos fueron significativamente exagerados por el transgén de la alcohol deshidrogenasa. Así pues, la exposición al acetaldehído media directamente la toxicidad del EtOH en el corazón y puede ser la base de la patogénesis de la cardiomiopatía inducida por el alcohol.
Aunque el estudio anterior no abordó directamente el papel del acetaldehído en el RE y el estrés oxidativo, estudios anteriores del laboratorio de Ren demostraron que tanto el acetaldehído como el etanol inducían la generación de especies reactivas de oxígeno y la apoptosis resultante en los miocitos cardíacos humanos.(10) Este hallazgo proporciona más pruebas para la teoría de la toxicidad del acetaldehído y, además, explica algunos de los hallazgos de Chen et al, mencionados anteriormente, de que la apoptosis subyace a la patogénesis de la cardiomiopatía alcohólica. Así, ambas teorías de la patogénesis de la cardiomiopatía alcohólica pueden considerarse complementarias, siendo la teoría de la toxicidad del acetaldehído la que subyace a la apoptosis final que puede contribuir significativamente a la disfunción cardíaca.
Estos estudios proporcionan una explicación convincente de la patogénesis de la cardiomiopatía alcohólica, pero no ofrecen una explicación de la reversibilidad de la enfermedad observada clínicamente con la abstinencia de EtOH. Varios estudios han demostrado que incluso tan sólo 10 semanas de abstinencia pueden mejorar significativamente la función cardíaca en pacientes con miocardiopatía alcohólica. (11-13) Dado que el insulto cardíaco final del EtOH resulta en apoptosis, y que la cardiomiopatía puede ser reversible, tal vez la regeneración de miocitos a partir de células madre adultas pueda desempeñar un papel importante en la restauración de la función cardíaca tras la abstinencia de EtOH. Este hallazgo podría ser muy interesante en el contexto del aprovechamiento de este potencial de reparación para el tratamiento de otras enfermedades cardíacas.
Charles Levine es un estudiante de cuarto año de medicina en la Facultad de Medicina de la NYU.
Revisado por Robert Donnino MD, División de Cardiología de la NYU
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