La vitamina D es el nombre que recibe un grupo de prohormonas liposolubles (sustancias que suelen tener poca actividad hormonal por sí mismas pero que el organismo puede convertir en hormonas). La vitamina D ayuda al organismo a utilizar el calcio y el fósforo para fabricar huesos y dientes fuertes. La piel expuesta al sol puede producir vitamina D, y ésta también puede obtenerse de ciertos alimentos. La deficiencia de vitamina D puede causar un debilitamiento de los huesos que se denomina raquitismo en los niños y osteomalacia en los adultos.
Dos formas principales de vitamina D que son importantes para los seres humanos son la vitamina D2, o ergocalciferol, y la vitamina D3, o colecalciferol. La vitamina D2 es producida naturalmente por las plantas, y la vitamina D3 es producida naturalmente por el cuerpo cuando la piel se expone a la radiación ultravioleta de la luz solar. Ambas formas se convierten en 25-hidroxivitamina D en el hígado. A continuación, la 25-hidroxivitamina D viaja por la sangre hasta los riñones, donde se modifica de nuevo a 1,25-dihidroxivitamina D, o calcitriol, la forma activa de la vitamina D en el organismo. El método más preciso para evaluar el estado de la vitamina D de una persona es medir el nivel de 25-hidroxivitamina D en la sangre.
La mayoría de las personas obtienen al menos parte de la vitamina D que necesitan mediante la exposición a la luz solar. Las fuentes dietéticas incluyen algunos alimentos que contienen vitamina D de forma natural, como el pescado graso, el aceite de hígado de pescado y los huevos. Sin embargo, la mayor parte de la vitamina D en la dieta proviene de alimentos enriquecidos con vitamina D, como la leche, los zumos y los cereales para el desayuno. La vitamina D también puede obtenerse a través de suplementos dietéticos.
El Instituto de Medicina (IOM) de las Academias Nacionales ha elaborado las siguientes ingestas diarias recomendadas de vitamina D, suponiendo una exposición mínima al sol (1,2):
- Para las personas de entre 1 y 70 años de edad, incluidas las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, la cantidad dietética recomendada (RDA) es de 15 microgramos (μg) al día. Dado que 1 μg equivale a 40 unidades internacionales (UI), esta RDA también puede expresarse como 600 UI al día.
- Para las personas de 71 años o más, la RDA es de 20 μg al día (800 UI al día).
- Para los lactantes, el OIM no pudo determinar una RDA debido a la falta de datos. Sin embargo, el OIM estableció un nivel de ingesta adecuada de 10 μg al día (400 UI al día), que debería proporcionar suficiente vitamina D.
Aunque la ingesta dietética media de vitamina D en Estados Unidos está por debajo de los niveles orientativos, los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición revelaron que más del 80 por ciento de los estadounidenses tenían niveles adecuados de vitamina D en sangre (2).
Aunque es poco probable que la mayoría de las personas tengan una ingesta elevada de vitamina D, es importante recordar que la ingesta excesiva de cualquier nutriente, incluida la vitamina D, puede causar efectos tóxicos. Un exceso de vitamina D puede ser perjudicial porque aumenta los niveles de calcio, lo que puede provocar calcinosis (el depósito de sales de calcio en los tejidos blandos, como los riñones, el corazón o los pulmones) e hipercalcemia (niveles elevados de calcio en la sangre). El nivel máximo de ingesta segura de vitamina D para adultos y niños mayores de 8 años es de 100 μg al día (4000 UI al día). Es más probable que la toxicidad derivada de un exceso de vitamina D se produzca por una ingesta elevada de suplementos dietéticos que por una ingesta elevada de alimentos que contengan vitamina D. La exposición excesiva al sol no causa toxicidad por vitamina D. Sin embargo, el IOM afirma que las personas no deben intentar aumentar la producción de vitamina D incrementando su exposición a la luz solar porque esto también aumentará su riesgo de cáncer de piel (2).