Las fiestas se han ganado una mala reputación por ser una montaña rusa emocional. En lugar de experimentar una temporada de paz, muchas personas temen esta época del año como una temporada de estrés y emociones desgastadas. Pero no tiene por qué ser así. Puedes traerte el regalo de la paz como nadie más puede hacerlo. Siguiendo los siete pasos de la liberación emocional, puedes liberarte del dolor de las viejas heridas, los resentimientos y las defensas mientras expandes tu conciencia y bienestar. Tómate tu tiempo con cada paso, permaneciendo en él hasta que sientas que lo has completado antes de pasar al siguiente.
- Paso 1: Asume la responsabilidad de tus propios sentimientos
- Paso 2: Presenciar la emoción con desapego
- Paso 3: Expresar la emoción
- Paso 4: Comparte la experiencia con alguien a quien quieres y en quien confías
- Paso 5: Reflexionar sobre la emoción
- Paso 6: Liberación a través de un ritual que sea memorable
- Paso 7: Celebrar la liberación
Paso 1: Asume la responsabilidad de tus propios sentimientos
Cuando alguien te ha herido o te ha hecho daño, existe la tendencia a aferrarse a la culpa y a la acusación, o al deseo de que la otra persona te pida perdón y te exprese lo mucho que lamenta lo que te ha hecho. Esos deseos casi nunca se hacen realidad, y cuando sigues aferrándote a las emociones tóxicas, sólo te victimizas a ti mismo.
Para empezar a cambiar esta situación, primero, asume la responsabilidad de tus sentimientos. Esto no es lo mismo que culparte a ti mismo o encontrar una excusa para dejar que la persona que te hirió se libere. En lugar de eso, dite a ti mismo: «Nadie está sintiendo este dolor (o ira o resentimiento) excepto yo; por lo tanto, depende de mí hacer algo al respecto. Acepto la responsabilidad de cómo me siento».
Paso 2: Presenciar la emoción con desapego
Sólo hay dos maneras de relacionarse con una vieja emoción: con apego o con desapego. Si estás apegado, entonces un recuerdo del pasado te trae de vuelta el viejo daño o mal, y revives vívidamente los sentimientos tóxicos de nuevo. Cuando estás desapegado, por el contrario, un viejo sentimiento no te desencadena; puedes sentirlo sin enfrascarte en el malestar emocional.
Para hacer el cambio del apego al desapego, recuerda la situación emocional que quieres liberar, sentándote con calma y dejando que vuelva. En lugar de pensar en la situación o en las personas implicadas, cierra los ojos y siente tu cuerpo. Deja que tu atención se dirija fácilmente a cualquier tirantez, tensión, incomodidad o dolor. No fuerces nada. Si la sensación es demasiado intensa, respire profundamente y abra los ojos; esto le sacará del contacto con la sensación.
Si la sensación es manejable, visualice una luz blanca infundiendo la zona donde se produce la sensación. Después de unos segundos, vea cómo la luz blanca sale de su cuerpo al exhalar. Ten la intención de enviar la vieja emoción lejos. Haz este ejercicio durante unos minutos hasta que la sensación disminuya. No tiene que liberarla por completo; a menudo, las viejas emociones atascadas requieren algunas repeticiones, una sesión al día, para completar la liberación, o incluso más si está liberando una experiencia profunda y prolongada.
La clave del desapego es evitar reproducir mentalmente la vieja situación una y otra vez. En su lugar, pon tu atención por completo en la respuesta física que se mantiene dentro del cuerpo, lo que te da la capacidad de ser más desapegado.
Paso 3: Expresar la emoción
Poner los sentimientos en palabras ayuda de dos maneras: te da mayor claridad y acceso a la emoción que quieres liberar, y le da a tu mente algo positivo que hacer en el proceso de liberación. La técnica de expresar la emoción tiene tres partes.
- Primera parte: escribe toda la historia de esta vieja emoción, recordando quién hizo qué, cómo te sentiste y las consecuencias que siguieron. No omitas nada cuando describas lo herido, indignado, abusado, traicionado o victimizado que te sentiste. Este es tu relato en primera persona de lo que sucedió y de cómo te sentiste.
- Segunda parte: Ahora escribe la misma historia como la contaría la otra persona en la situación. Tu relato en primera persona cambia a un relato en segunda persona. Con el mismo detalle, relata la otra parte de la historia. No introduzcas tus propias culpas o juicios. Como en un tribunal, la otra persona está contando su versión de los hechos.
- Tercera parte: Por último, ponte el sombrero de reportero y vuelve a contar la historia, esta vez en tercera persona. Imagina que un periodista o detective está investigando la situación y está escribiendo un informe objetivo sobre lo ocurrido.
Paso 4: Comparte la experiencia con alguien a quien quieres y en quien confías
El siguiente paso es compartir tu experiencia con un confidente cercano, como un amigo o un familiar. Nota importante: Si su emoción tiene su origen en una experiencia traumática o en una vergüenza secreta que nunca ha compartido con nadie, lo mejor es buscar la ayuda de un terapeuta profesional.
Con toda probabilidad, sus amigos y familiares ya han escuchado sus quejas. Esta vez, sin embargo, relate los tres pasos que acaba de dar. En lugar de buscar simpatía por tus heridas o pedir ayuda o conmiseración, ahora estás desvelando cómo pretendes sanar y liberar esta vieja emoción dolorosa.
Sólo con compartir tu proceso de liberación emocional, profundizas en tu compromiso con él. Al mismo tiempo, la liberación empezará a ser más real porque los demás han entrado en el proceso.
Paso 5: Reflexionar sobre la emoción
Ahora, la emoción atascada ha empezado a desprenderse. Ya no estás atrapado por ella ni eres víctima de eventos pasados. Tómate un tiempo y hazte una pregunta crítica: ¿Aguantar me ayuda o empeora la situación? No te lo preguntes superficialmente y asegúrate de reflexionar profundamente sobre lo que es cierto. Hay una satisfacción perversa que todos sentimos cuando cuidamos nuestras heridas y rencores. En la fantasía, exigimos todo tipo de venganza y castigo, lo que puede parecer que nos ayuda cuando sólo está reforzando nuestro dolor.
Si todavía te sientes atascado en una vieja emoción, sé paciente contigo mismo. Espera hasta que te sientas más calmado y centrado. Tal vez quieras repetir los pasos anteriores una segunda vez. Es esencial que veas, de forma muy clara y racional, que tu interpretación de los acontecimientos -y las emociones dolorosas resultantes- no te está ayudando. Ha cerrado una vía de apertura, confianza y paz interior.
Paso 6: Liberación a través de un ritual que sea memorable
Un ritual es como dibujar una línea en la arena, pisarla y no mirar atrás. Un ritual de este tipo es importante cuando se trata de sentimientos profundos que se han mantenido durante mucho tiempo. Has estado trabajando conscientemente hacia el momento de la liberación emocional. Haz que el ritual sea algo que recuerdes. Depende de ti si el ritual será privado o se compartirá con otras personas cercanas.
¿Qué tipo de ritual? Algunas personas escriben la historia de su proceso hasta este punto y queman el papel en una hoguera en la playa, lanzando las cenizas al mar o al viento. Otros toman una roca o una piedra y la «cargan» simbólicamente con su historia y sus emociones antes de arrojarla al mar o a un río. Se puede hacer un ritual tirando viejos recuerdos y fotos. Sea creativo y elija algo que se quede en su mente como un punto de inflexión decisivo.
Paso 7: Celebrar la liberación
Este paso se explica por sí mismo, pero recuerde incluirlo. Cuando se libera una emoción atascada, queda un hueco o agujero donde solía estar. Quieres llenarlo con ligereza y alegría. Quieres felicitarte por haber logrado algo de verdad. Se requiere una celebración del tipo más positivo, con espíritu de renovación.
Al utilizar este proceso de forma consistente, gradualmente serás capaz de dejar ir viejas heridas y resentimientos, liberándote para experimentar tu estado inherente de paz y bienestar. Esto es un regalo no sólo para ti mismo, sino para todos los que forman parte de tu vida y del mundo más allá.