Los odontólogos forenses son dentistas altamente experimentados y especialmente formados que utilizan sus conocimientos para ayudar a identificar restos desconocidos y rastrear marcas de mordeduras hasta un individuo concreto. El odontólogo forense puede ser llamado por los agentes de policía, el médico forense o el juez de instrucción.
En los casos de muerte, el odontólogo forense asiste a la autopsia y toma fotografías, medidas craneales, impresiones dentales y radiografías de los restos. Estas muestras se comparan con las de individuos desaparecidos conocidos. Si se consigue una coincidencia, los restos pueden ser identificados.
En los casos en los que se encuentran marcas de mordeduras en el cuerpo de una víctima o de un presunto agresor, o en alimentos, chicles u otros objetos, el odontólogo forense utiliza el mismo procedimiento para intentar determinar o excluir las posibles fuentes de las marcas de mordeduras.
El odontólogo forense redacta entonces un informe detallado en el que explica lo que se ha hecho y las conclusiones que se pueden extraer, y debe estar preparado para explicar el proceso y justificar los hallazgos ante el tribunal.
También llamados dentistas forenses, los odontólogos forenses suelen ser llamados para:
- Identificar restos humanos que no pueden ser identificados mediante el reconocimiento facial, las huellas dactilares u otros medios
- Identificar cuerpos en muertes masivas, como accidentes aéreos y desastres naturales
- Determinar el origen de las lesiones por mordedura, en casos de agresión o sospecha de abuso
- Estimar la edad de los restos óseos
- Testificar en casos de mala praxis dental
Condiciones de trabajo
Los odontólogos forenses suelen trabajar como dentistas normales la mayor parte del tiempo, realizando exámenes forenses según sea necesario a petición de la policía local o del médico forense.
En casos de muerte, el odontólogo forense puede acudir al lugar del crimen o de la catástrofe. De lo contrario, las mediciones y las radiografías se toman como parte de la autopsia.
Dado que los crímenes y las catástrofes pueden ocurrir en cualquier momento, un odontólogo forense «de guardia» debe estar preparado para trabajar muchas horas, de día o de noche, en días festivos y en fines de semana.
El trabajo es muy detallado, exige habilidades motoras extremadamente finas y requiere una precisión y exactitud extraordinarias. En el proceso de identificación pueden utilizarse equipos complejos, como ordenadores, microscopios y otras tecnologías.
La odontología forense requiere atención al detalle y la capacidad de trabajar con paciencia para completar un proceso largo paso a paso sin prisas. El odontólogo forense debe ser capaz de sacar conclusiones basándose únicamente en las pruebas físicas disponibles.
El odontólogo forense debe mantener registros precisos y completos.
Una implicación tan estrecha con la investigación de crímenes y desastres masivos puede ser emocionalmente perturbadora.
Requisitos académicos
Un odontólogo forense debe obtener primero un título de Doctor en Ciencias Dentales (DDS) o Doctor en Medicina Dental (DMD) para convertirse en dentista. Se requiere una amplia formación adicional en las técnicas y métodos de la odontología forense, junto con una experiencia práctica, a menudo como sombra de un profesional más veterano.
Para obtener la certificación de la Junta Americana de Odontología Forense de la Academia Americana de Ciencias Forenses, el odontólogo forense debe trabajar en 25 casos, acumular 350 puntos de cualificación asistiendo a reuniones y otros programas de desarrollo profesional y aprobar un examen de cualificación.