El miedo puede ser una señal útil; puede llamar su atención sobre problemas -como un trastorno del equilibrio, una visión reducida o una debilidad muscular- que le impiden moverse con confianza. Pero el miedo también puede debilitarle. La preocupación persistente por una caída, si es injustificada, puede hacer que limites tu rango de movimiento innecesariamente y evites actividades de las que eres capaz. Se calcula que entre un tercio y la mitad de los adultos mayores están tan preocupados por las posibles caídas que han empezado a restringir o evitar actividades que serían beneficiosas para su salud.
¿Cómo puede aumentar su confianza? Si no confía en sí mismo al caminar, es importante que hable con su médico para entender la causa del miedo. ¿Es un signo de un problema de salud -quizás un problema de visión o un dolor de artritis- que debe ser tratado? ¿Necesita una prótesis de cadera o unas gafas nuevas? ¿O le preocupa su sentido del equilibrio?
El ejercicio es esencial para ayudar a mantener la fuerza en las piernas, los glúteos y el núcleo, todos ellos importantes para el equilibrio. Algunos tipos de ejercicio, como el pilates, el yoga y el tai chi, son especialmente útiles para el equilibrio. Medidas como éstas pueden ayudar a aumentar su confianza y prevenir caídas devastadoras.
Si ya ha sufrido una caída, piense en recuperar la confianza gradualmente mientras se recupera. Dependiendo de la gravedad de la lesión, es posible que tenga que trabajar con un fisioterapeuta para recuperar la fuerza y la amplitud de movimiento.
Un tipo de terapia que puede realizar con un fisioterapeuta se llama entrenamiento de la marcha. En esta terapia, se trabaja no sólo en el fortalecimiento de los músculos, sino también en la mejora de la postura y en el desarrollo de una buena forma de caminar, para que el movimiento sea más fluido. Una vez que las personas recuperan el 90% de su fuerza normal, empiezan a recuperar la confianza.
Si le han recetado un bastón o un andador, no dude en apoyarse en él para mantener el equilibrio y el apoyo. Si unos familiares fuertes pueden acompañarle en los paseos, mucho mejor. Limítate a caminar por lugares familiares que conozcas bien, y evita caminar de noche o en condiciones de humedad o hielo. Si tiene miedo a caerse, pruebe a hacer ejercicios que no entrañen riesgo de caída, como montar en bicicleta estática, nadar o hacer ejercicios aeróbicos en la piscina, para que el agua le sirva de apoyo.
Para saber más sobre cómo preservar su movilidad para poder mantenerse activo, compre Mobility and Independence, a Special Health Report from Harvard Medical School.
Imagen: monkeybusinessimages/Getty Images
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