30/03/2017
Lois McBean, MS, RDN |

Las percepciones erróneas relacionadas con las hormonas y la leche de vaca han llevado a las preocupaciones de los consumidores y a las preguntas sobre la seguridad y salubridad de la leche. A continuación se exponen tres mitos comunes sobre las hormonas y la leche de vaca y hechos científicos que disipan estos mitos.

Mito: La leche de vaca ecológica, a diferencia de la leche de vaca producida de forma convencional, está libre de hormonas.

Hecho: Tanto los alimentos vegetales como los animales contienen hormonas. Toda la leche de vaca, tanto la de producción ecológica como la convencional, contiene de forma natural cantidades minúsculas de hormonas proteicas, que se descomponen durante la digestión, por lo que son biológicamente inactivas en los seres humanos. No hay pruebas de que las hormonas de la leche de vaca sean perjudiciales para la salud humana.

Mito: La leche de vacas tratadas con la hormona proteica sintética, la hormona de crecimiento bovino recombinante (rbGH), tiene niveles más altos de hormona de crecimiento bovino (bGH) que la leche de vacas no tratadas.

Hecho: No hay diferencia en los niveles de bGH en la leche de vacas tratadas con rbGH o no tratadas. Algunos ganaderos lecheros pueden tratar a sus vacas con esta hormona sintética, segura y aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), para aumentar la producción de leche en sus vacas. En respuesta a las peticiones de los consumidores, los productores de leche de Michigan no utilizan rbGH. Esta hormona sintética no se añade directamente a la leche y la composición de la leche de las vacas tratadas con rbGH y las no tratadas es la misma. Además, estas hormonas son específicas de las vacas y no tienen ningún efecto en el cuerpo humano.

Basado en una revisión de las pruebas científicas, la FDA ha concluido que la leche de vacas tratadas con rbGH es segura para el consumo humano. Además, la seguridad de la leche de vacas tratadas con esta hormona ha sido verificada por numerosas organizaciones gubernamentales y sanitarias nacionales e internacionales, como los Institutos Nacionales de Salud, la Organización Mundial de la Salud y la Asociación Médica Americana. Después de 20 años de uso, no existen pruebas que respalden los problemas de salud relacionados con el consumo de leche de vacas tratadas con rbGH, según una revisión de la ciencia.

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Mito: las hormonas de la leche de vaca provocan una pubertad precoz.

Hechos: No hay pruebas concluyentes que apoyen la sugerencia de que las diminutas cantidades de hormonas presentes de forma natural en la leche de vaca causen una pubertad precoz. Aunque algunos estudios observacionales indican una tendencia hacia una pubertad más temprana en las últimas décadas, esta tendencia y los efectos a largo plazo de la pubertad temprana siguen siendo controvertidos.

Varios factores, como el sobrepeso/la grasa corporal, una mejor nutrición y el origen étnico, pueden contribuir a una edad más temprana en la pubertad. Los resultados de un estudio de más de 5.500 niñas estadounidenses de entre 9 y 14 años a las que se hizo un seguimiento durante cinco años llevaron a los investigadores a concluir que «es improbable que el consumo regular de leche en niñas de ≥ 9 años afecte sustancialmente a la edad de inicio de la menarquia.»

Una observación que argumenta en contra de la creencia de la pubertad precoz de la leche es que el consumo de leche de los niños ha disminuido en las últimas décadas, tiempo durante el cual la edad de la pubertad ha ido disminuyendo. El consumo diario de las raciones recomendadas de leche y otros alimentos lácteos (queso, yogur) es importante para la salud ósea, especialmente en niños y adolescentes.

Finalidad. Los hallazgos científicos siguen demostrando la seguridad y los beneficios para la salud de la leche de vaca en niños y adultos.

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