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Tomar fármacos como la aspirina, el paracetamol o el ibuprofeno cuando se tiene gripe reduce la fiebre y hace que uno se sienta mejor, pero puede tener consecuencias no deseadas.

Un nuevo estudio que utiliza proyecciones matemáticas ha llegado a la conclusión de que el uso de medicamentos contra la fiebre durante las epidemias de gripe aumenta la transmisión de la enfermedad, tanto por el aumento de la cantidad de virus de la gripe que se desprende como por la mayor interacción que los enfermos de gripe tienen con las personas no infectadas.

La fiebre combate los virus reduciendo su capacidad de reproducción. Reducir la fiebre anula este efecto, aumentando la tasa y la duración de la diseminación del virus.

«No estamos diciendo que se eviten estos medicamentos», dijo el autor principal, David J.D. Earn, profesor de matemáticas en la Universidad McMaster de Hamilton, Ontario. «Pero si los tomas, hay un efecto que no es obvio».

Los autores del estudio, publicado en Proceedings of the Royal Society B, reconocen que sus cifras no son precisas, especialmente porque es difícil estimar el efecto de las interacciones sociales. Pero al incorporar varios factores conocidos -las cantidades de medicamentos contra la fiebre que se venden, la tasa de reproducción de los virus y otros- calculan que podrían evitarse al menos 700 muertes y muchas más enfermedades graves al año si no se utilizaran estos medicamentos.

Con respecto a los medicamentos contra la fiebre y la gripe, el Dr. Earn dijo: «El mensaje real es directo. Es mejor quedarse en casa, y mantener a su hijo en casa, para no contagiar a los demás»

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