La manipulación bajo anestesia es una técnica para tratar la rigidez y la escasa amplitud de movimiento después de la artroplastia total de rodilla (ATR) o la cirugía de revisión de rodilla. La rigidez y la disminución de la amplitud de movimiento después de una artroplastia total de rodilla afectan aproximadamente a entre el 6 y el 7% de los pacientes.1 La MUA es un procedimiento no quirúrgico que se realiza en un hospital con el paciente bajo anestesia general o espinal.

Durante un reemplazo total de rodilla, algunos tejidos interiores del cuerpo están expuestos al aire, lo que provoca la evaporación de los fluidos lubricantes esenciales dentro de los tejidos del cuerpo. Si los fluidos no se reponen rápidamente después de la cirugía, los músculos afectados que normalmente se deslizan unos sobre otros pueden unirse y formar adherencias que pueden causar dolor y limitar en gran medida la capacidad de mover la articulación afectada.

Las adherencias leves a menudo pueden resolverse con fisioterapia y técnicas de masaje terapéutico/manipulación. Sin embargo, si las adherencias son grandes, el tratamiento para liberar la articulación puede requerir una manipulación ortopédica bajo anestesia. La incidencia de adherencias y tejido cicatricial que requiere MUA ortopédica es baja, y se produce en el 3,9 – 4,6% de las prótesis totales de rodilla.2,3

Procedimiento de MUA

Manipulación bajo anestesia (MUA)

Debido a que los reflejos y la sensibilidad al dolor del paciente están ausentes bajo anestesia, la manipulación mediante maniobras específicas sirve para romper las adherencias fibrosas alrededor de la articulación y el tejido circundante.

Durante la MUA tras la sustitución de la rodilla, el paciente se coloca de espaldas y la cadera se flexiona a 90 grados. Con la pierna sujeta cerca de la articulación de la rodilla, se aplica una presión progresiva y constante hasta que el cirujano pueda oír y sentir cómo se rompen las adherencias. La rodilla se mantiene en esta posición durante 20 o 30 segundos. A continuación, se flexiona y se extiende hasta la posición máxima varias veces.3 Una vez finalizado el procedimiento, el paciente suele ser dado de alta para irse a casa el mismo día, aunque algunos cirujanos prefieren mantener al paciente durante la noche para garantizar un tratamiento adecuado del dolor.

En el postoperatorio, se recomienda la fisioterapia activa asistida para mantener la flexión de la articulación y retrasar la formación de nuevas adherencias. En algunos pacientes se puede utilizar una máquina de movimiento pasivo continuo (MPC) para mantener la flexión de la articulación.

Algunas personas experimentan mucho dolor después de la MUA, pero muchas encuentran el nivel de dolor medio y manejable con la aplicación de hielo en la rodilla y la medicación para el dolor prescrita por el médico. Puede haber algo de hinchazón en la zona de la rodilla, que al principio provoca una mala flexión, lo que puede ser inquietante, ya que puede dar la sensación de que el procedimiento no ha tenido éxito. Al cabo de unas semanas de tratamiento del dolor, aplicación de hielo y elevación, la rigidez suele remitir y se experimenta una mayor amplitud de movimiento.

Las personas que tienen trabajos con poca exigencia física pueden volver a trabajar unos días después de la intervención si el nivel de dolor es manejable.

Riesgos asociados a la MUA tras la RTC

Aunque son extremadamente raras, las complicaciones de la MUA suelen estar relacionadas con la fuerza empleada para manipular la rodilla, lo que provoca la fractura del hueso o la rotura de la herida.1 Aplicar la fuerza suficiente para romper las adherencias sin romper los huesos es una habilidad y los cirujanos prudentes advertirán a sus pacientes sobre este riesgo. Otras consideraciones que pueden impedir que una persona se someta a la MUA son: osteoporosis u otro trastorno de debilitamiento óseo, enfermedad cardíaca, edad avanzada, enfermedad circulatoria y artritis aguda.

Resultados de la MUA

La mayoría de las personas experimentan un aumento de la amplitud de movimiento después de la MUA, aunque haya algún dolor muscular añadido temporalmente. En los casos que implican adherencias musculares y tejidos acortados, debería haber un cambio significativo, ya sea inmediato o en las semanas siguientes al procedimiento. El cuidado más importante después de la MUA es establecer un programa que permita al paciente aprender a mantener la función y la amplitud de movimiento, recuperar la fuerza y prevenir el dolor y la discapacidad en el futuro.4

Fuentes

  1. Alejandro González Della Valle, MD, Alejandro Leali, MD, y Steven Haas, MD, «Etiology and Surgical Interventions for Stiff Total Knee Replacements» http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2504257/
  2. Ingmar Ipach, Falk Mittag, Julia Lahrmann, Beate Kunze y Torsten Kluba, «Artrofibrosis después de una ATR – Factores que influyen en la flexión absoluta y la ganancia de flexión después de la manipulación bajo anestesia» http://www.biomedcentral.com/1471-2474/12/184
  3. I. Ipach, R. Schäfer, J. Lahrmann, T. Kluba, «Rigidez después de la artrotomía de rodilla: Evaluación de la prevalencia y los resultados después de la manipulación bajo anestesia» http://www.em-consulte.com/en/article/288187
  4. Sean E. Fitzsimmons, MD, Edward A. Vázquez, BS, y Michael J. Bronson, MD, «¿Cómo tratar la artroplastia total de rodilla rígida? A Systematic Review» http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2835585/

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