El tratamiento de la mayoría de los niños con leucemia mieloide aguda (LMA) se divide en 2 fases principales de quimioterapia:

  • Inducción
  • Consolidación (intensificación)

Debido a la intensidad del tratamiento y al riesgo de complicaciones graves, los niños con LMA deben ser tratados en centros oncológicos u hospitales que tengan experiencia en esta enfermedad.

Inducción

Los fármacos de quimioterapia más utilizados para tratar la LMA son la daunorubicina (daunomicina) y la citarabina (ara-C), que se administran durante varios días seguidos. El esquema de tratamiento puede repetirse en 10 días o en 2 semanas, dependiendo de la intensidad que los médicos quieran darle al tratamiento. Un tiempo más corto entre tratamientos puede ser más eficaz para eliminar las células leucémicas, pero también puede causar efectos secundarios más graves.

Algunos niños con LMA pueden recibir una dosis del fármaco dirigido gemtuzumab ozogamicina (Mylotarg) junto con la quimioterapia como parte de su tratamiento de inducción.

Si los médicos creen que la leucemia podría no responder a sólo 2 fármacos de quimioterapia, pueden añadir otro fármaco de quimioterapia como el etopósido o la 6-tioguanina. Los niños con un número muy elevado de glóbulos blancos o cuyas células leucémicas presentan ciertas anomalías cromosómicas pueden entrar en este grupo.

El tratamiento con estos fármacos de quimioterapia se repite hasta que la médula ósea no muestra más células leucémicas. Esto suele ocurrir después de 2 o 3 ciclos de tratamiento.

Prevención de recaídas en el sistema nervioso central: La mayoría de los niños con LMA también recibirán quimioterapia intratecal (administrada directamente en el líquido cefalorraquídeo, o LCR) para ayudar a prevenir la recaída de la leucemia en el cerebro o la médula espinal. La radioterapia en el cerebro se utiliza con menos frecuencia.

Consolidación (intensificación)

Alrededor del 85% al 90% de los niños con LMA entran en remisión después de la terapia de inducción. Esto significa que no se detectan signos de leucemia mediante las pruebas de laboratorio estándar, pero no significa necesariamente que la leucemia se haya curado.

La consolidación (intensificación) comienza después de la fase de inducción. El objetivo es eliminar cualquier célula leucémica restante mediante un tratamiento más intensivo.

Algunos niños tienen un hermano o hermana que sería un buen donante de células madre. Para estos niños, podría recomendarse un trasplante de células madre una vez que la leucemia esté en remisión, especialmente si la LMA tiene algunos factores de mal pronóstico. La mayoría de los estudios han encontrado que esto mejora la posibilidad de supervivencia a largo plazo en comparación con la quimioterapia sola, pero también es más probable que cause complicaciones graves. Para los niños con factores de buen pronóstico, algunos médicos pueden recomendar sólo la administración de quimioterapia intensiva, y reservar el trasplante de células madre en caso de que la LMA sufra una recaída.

Para la mayoría de los niños sin un buen donante de células madre, la consolidación consiste en el fármaco quimioterápico citarabina (ara-C) en dosis altas. También puede añadirse daunorubicina. Suele administrarse durante al menos varios meses.

Si se administró el fármaco dirigido gemtuzumab ozogamicina (Mylotarg) durante la inducción, es probable que también se administre una dosis de este fármaco durante esta fase del tratamiento.

La quimioterapia intratecal (en el LCR) suele administrarse cada 1 ó 2 meses mientras dure la intensificación.

La quimioterapia de mantenimiento no es necesaria para los niños con LMA (aparte de los que padecen LPA).

Una parte importante del tratamiento de la LMA son los cuidados de apoyo (cuidados de enfermería adecuados, apoyo nutricional, antibióticos y transfusiones de sangre). El intenso tratamiento necesario para la LMA suele destruir gran parte de la médula ósea (provocando una grave escasez de células sanguíneas) y puede causar otras complicaciones graves. Sin el tratamiento antibiótico de las infecciones o el apoyo transfusional, las elevadas tasas de remisión actuales no serían posibles.

LML refractaria o recurrente

Menos del 15% de los niños tienen LMA refractaria (leucemia que no responde al tratamiento inicial). Estas leucemias suelen ser muy difíciles de curar, y los médicos pueden recomendar un trasplante de células madre si puede hacerse.

En general, el pronóstico para un niño cuya LMA recae (vuelve) después del tratamiento es ligeramente mejor que si la LMA nunca entró en remisión, pero esto depende de la duración de la remisión inicial. En más de la mitad de los casos de recaída, la leucemia puede entrar en una segunda remisión con más quimioterapia. La probabilidad de obtener una segunda remisión es mayor si la primera remisión duró al menos un año, pero las segundas remisiones a largo plazo son raras sin un trasplante de células madre. Se han utilizado muchas combinaciones diferentes de fármacos de quimioterapia estándar en estas situaciones, pero los resultados han sido dispares.

Otra opción para algunos niños con LMA refractaria o recurrente es el tratamiento con el fármaco dirigido gemtuzumab ozogamicina (Mylotarg).

La mayoría de los niños cuya leucemia ha recaído son buenos candidatos para los ensayos clínicos que prueban nuevos regímenes de tratamiento. La esperanza es que se pueda alcanzar algún tipo de remisión para poder considerar un trasplante de células madre. Algunos médicos pueden aconsejar un trasplante de células madre aunque no haya remisión. Esto a veces puede tener éxito.

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