LIUNA insta al Congreso y a la administración a que se aseguren de que los programas de aprendizaje registrado autofinanciados por la mano de obra y la administración, como el de LIUNA, no se vean socavados cuando los legisladores traten de ampliar el aprendizaje. Los gobiernos federales y estatales tampoco deberían subvencionar experimentos en enfoques de formación regulados por la industria a expensas de programas de gestión laboral probados.

LIUNA y nuestros empleadores asociados han satisfecho, durante décadas, las necesidades de desarrollo de la mano de obra de la industria de la construcción construyendo una infraestructura de formación autofinanciada y programas de Aprendizaje Registrado. Los empleadores siguen participando plenamente contribuyendo monetariamente, como fideicomisarios activos y JATC, y en el desarrollo del programa como expertos en la materia.

La formación de vanguardia es gratuita y accesible para los contratistas, miembros, aprendices y pre-aprendices participantes en todo Estados Unidos y Canadá a través de más de 70 centros de formación afiliados. Las oportunidades de formación profesional continua y de por vida permiten a los trabajadores mejorar sus capacidades de empleo, pasar a puestos de liderazgo, actualizar sus conocimientos sobre seguridad y aumentar la productividad, todo ello con el objetivo de ampliar las trayectorias profesionales, los salarios dignos y la competitividad de los contratistas.

Los programas de formación de la patronal invierten anualmente millones de dólares del sector privado en este sistema de desarrollo de la mano de obra de eficacia probada. La mayoría de los recientes esfuerzos bipartidistas para ampliar los programas de aprendizaje a través de nuevas industrias han seguido un modelo basado en la inversión federal y estatal y subvenciones competitivas.

Los aprendizajes registrados son un beneficio para los empleadores, los trabajadores y el público, pero sin una consideración cuidadosa, estos esfuerzos conllevan el riesgo de socavar los programas existentes. La creación de un sistema con poca o ninguna aplicación y estructurado para reducir los salarios, las normas, la supervisión y la protección de los trabajadores no producirá más aprendices cualificados. Peor aún, pone en desventaja a los programas de alta calidad, autofinanciados por el empleador y la mano de obra, como el de LIUNA, ya que se ven obligados a competir con los programas subvencionados a los que no se les exige que cumplan los mismos estándares elevados.

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