Vigile cuándo come
Un estudio reciente en The New England Journal of Medicine destacó los beneficios para la salud del ayuno intermitente, en el que simplemente se reduce la ventana de tiempo durante la cual se come durante el día. Aunque puedes ajustar las ventanas de alimentación y ayuno a lo que mejor te funcione, la consistencia es la clave. Mantener mis comidas entre el mediodía y las 8 de la tarde me ha hecho ser más consciente de lo que introduzco en mi cuerpo, y me impide picar en exceso a lo largo del día. Atención: el mal humor es habitual mientras el cuerpo se adapta a este nuevo horario, ¡pero se hace más fácil!
Reduce los azúcares añadidos
La obsesión por los macros (carbohidratos, proteínas y grasas) no es lo mío, pero sí presto atención a una fila de las etiquetas nutricionales: los azúcares añadidos. La Asociación Americana del Corazón recomienda mantener los azúcares añadidos en no más de 25 gramos al día para las mujeres y 36 gramos al día para los hombres. Me sorprendió ver cómo muchos alimentos «saludables», como las barras de granola y el yogur, contenían una tonelada de azúcares añadidos. Vigila esas etiquetas y estarás un paso más cerca de tus objetivos.
Cambia tus condimentos
¿Cuántas calorías estás añadiendo a tus comidas con salsas y aderezos grasos y azucarados? En mi caso, la respuesta ha sido mucha. Ahora mi despensa está repleta de opciones sin calorías, como la mostaza amarilla y la salsa picante, que me permiten alimentar mi adicción a los condimentos sin sabotear mis esfuerzos por perder peso. Revelación completa: cuando se trata de la ensalada, no puedo deshacerme por completo de mi preciado rancho. Sin embargo, uso la mitad de la cantidad que solía y mezclo un poco de salsa búfalo para darle un poco más de sabor.
Date un capricho dentro de lo razonable
Vengo de una familia en la que la comida es amor, y me he pasado décadas recompensando y reconfortando con sabrosos caprichos. Lo mejor que he hecho por mí misma es cuestionar esa voz en mi cabeza que me dice que me lo merezco porque he sido muy buena o porque mi día ha sido una pesadilla.
En lugar de ceder a esas tentaciones, intento redirigir mi enfoque: estoy muy orgullosa de lo que he conseguido, y no estoy dispuesta a desbaratar ese progreso. Esto no quiere decir que nunca me dé un capricho. (¡No hay nada bueno en aislarse por completo!) Simplemente he hecho un verdadero esfuerzo por invertir en mí misma sopesando la gratificación a corto plazo con la felicidad a largo plazo.