Aunque es importante escuchar atentamente los sentimientos de sus hijos, hay momentos en los que es útil compartir con ellos cómo se siente usted. Puede ser difícil hacerlo de una manera que no los avergüence o culpe cuando usted está frustrado o molesto con ellos.
Usar un Mensaje «Yo» es una manera de expresar sus propias necesidades, expectativas, problemas, sentimientos o preocupaciones a sus hijos de una manera respetuosa que no los ataca.

Los beneficios

Puede usar un mensaje «Yo» cuando tenga sentimientos fuertes, especialmente cuando el comportamiento de sus hijos no es aceptable para usted. Los beneficios de los mensajes «yo» incluyen:

  • Ayudarle a tener más claros sus sentimientos al comunicárselos a sus hijos,

  • Modelar formas sanas de manejar los sentimientos,

  • Proporcionarle una forma de expresar la ira sin insultar a sus hijos ni disminuir su autoestima,

  • Informar a sus hijos de su reacción ante su comportamiento,

  • dando a sus hijos la oportunidad de responder a sus necesidades actuando de forma diferente, ayudando así a sus hijos a ser menos egocéntricos al considerar el efecto de su comportamiento en otras personas,

  • abriendo las puertas a una comunicación honesta con sus hijos,

  • contribuyendo a una relación sana, al aumento de la confianza y al sentido de conexión.

Cómo construir un mensaje «yo»

Hay tres partes en un mensaje «yo» formal. No tiene que utilizar las tres partes cada vez, ni tiene que utilizarlas en este orden.

  • Describa el comportamiento específico: Cuando veo/oigo. . .

  • Describa cómo se siente: Me siento…

  • Describa el efecto tangible y específico de la conducta en usted.

  • «Cuando veo que sigues jugando con tus juguetes cuando te digo que se ha acabado nuestro tiempo, me enfado porque no quiero hacer esperar a tu hermano mayor en el colegio.»

Los mensajes «yo» también pueden utilizarse para exponer sus necesidades, valores y sentimientos positivos como el orgullo o el agradecimiento.

Por ejemplo:

«Me siento muy orgullosa de ti por ofrecerte a ayudar a la abuela con su jardín. Me encanta ver lo amable que eres»

o

«¡Me hace mucha ilusión que aprendas a cocinar! Espero que nos divirtamos mucho estando juntos en la cocina haciendo comidas para la familia.»

Algunos consejos para que los mensajes «yo» sean eficaces

  • Mantenga sus palabras, su voz y sus expresiones faciales en consonancia con la intensidad de sus sentimientos.

  • Sea claro y específico y hable sólo de lo que está ocurriendo en el momento, no del pasado.

  • No utilice las palabras «siempre» y «nunca». Por ejemplo: «Nunca haces lo que te digo».

  • No vierta sentimientos muy fuertes de forma que asuste a sus hijos.

  • Recuerde que si utiliza los mensajes «yo» con demasiada frecuencia, puede parecer a sus hijos que sus sentimientos no importan.

  • Si el sentimiento que quiere expresar es la ira, tenga en cuenta que la ira es una emoción secundaria; puede ser más eficaz utilizar palabras que describan los sentimientos subyacentes a la ira, como la frustración o la decepción. El enfado suele generar más enfado y actitud defensiva.

¿Qué viene después de un mensaje «yo»?

Los mensajes «yo» suelen ser un buen primer paso para aclarar y ser claro con sus hijos sobre cómo se siente, pero no necesariamente dan lugar a un comportamiento modificado. Es posible que tenga que utilizar algunos otros enfoques después del Mensaje «Yo» con el fin de fomentar el comportamiento deseado.

En el ejemplo anterior,

«Cuando veo que sigues jugando con tus juguetes cuando digo que se ha acabado nuestro tiempo, me enfado porque no quiero hacer esperar a tu hermano mayor en el colegio.»

Puede exponer claramente sus expectativas o la norma:

«Espero que te vayas cuando te diga que es hora de irte.»

Puede ofrecer algunas alternativas:

«Puedes traer uno de los juguetes si te preparas ahora o tendrás que irte sin ningún objeto. Tú decides.»

Puedes describir lo que te gustaría que se hiciera:

«Quiero que te pongas el abrigo ahora y te dirijas a la puerta.»

Puedes imponer una consecuencia:

«Si no te vas cuando es necesario, la próxima vez no pararemos en casa.»

Puede que tenga que utilizar la escucha activa después de utilizar un «mensaje yo» si su hijo se enfada:

«Sé que puede ser frustrante no tener tanto tiempo para jugar como te gustaría.»

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