Una paradoja concisa que comprende dos términos opuestos se llama oxímoron. Un oxímoron puede ser una frase, o una oración. Dentro de un texto dramático, un oxímoron se incorpora a menudo para resaltar la complejidad subyacente a una idea. En las tragedias de Shakespeare, los oxímoros sirven para reforzar la pena, el horror, el remordimiento o la conmoción que experimentan los personajes. Por ejemplo, en «Romeo y Julieta», los protagonistas recurren a menudo a los oxímoron para subrayar la intensidad de sus emociones, que no pueden expresarse de otro modo. Algunos de estos ejemplos de oxímoron se destacan a continuación:

Oxímoron en «Romeo y Julieta»

Ejemplo #1

«Sin embargo, no me lo digas, porque lo he oído todo.
Aquí hay mucho que hacer con el odio, pero más con el amor.
¿Por qué entonces, oh amor pendenciero, oh odio amoroso…»

(I. i. 179-181)

Esta cita la pronuncia Romeo después de que Benvolio le aconseje que renuncie a su enamoramiento de Rosalina. Incapaz de superar su obsesión por Rosalina, Romeo tiene un arrebato emocional, y utiliza el oxímoron – «amar el odio» para expresar su confusión interior. El odio amoroso es un término contradictorio que significa que el amor y el odio pueden existir simultáneamente. El amor no correspondido puede engendrar odio y viceversa. Al enfatizar la dualidad del amor y el odio, esta frase pone de relieve las emociones ambivalentes que experimenta Romeo.

Ejemplo #2

«Pluma de plomo, humo brillante, fuego frío, salud enferma,
¡Sueño aún despierto que no es lo que es!»

(I. i. 185-186)

El verso anterior está repleto de varios oxímoros que ponen de manifiesto la pesadez que desciende sobre Romeo después de que Rosalina se niegue a responder a su amor. El término conflictivo, «pluma de plomo», se perfila como un atributo del amor e implica que, aunque la fase inicial del amor es como una brisa que se siente tan ligera como una pluma. Las secuelas del brutal rechazo de la persona amada se sienten como una carga tan pesada como el plomo. Además, «la salud enferma» se refiere al hecho de que la sensación inicial de bienestar asegurada por el amor, puede transformarse rápidamente en enfermedad como resultado del amor no correspondido.

Ejemplo #3

«Buenas noches, buenas noches. La despedida es tan dulce
mañana»

(II. ii. 199-200)

Julieta pronuncia el citado y entrañable verso para despedirse de Romeo durante la crucial escena del balcón. En este verso, la frase oximorónica «dulce dolor» significa que el alejamiento temporal del amante produce simultáneamente un dolor inquietante y una dulce sensación de esperanza. Por lo tanto, para Julieta, la anticipación de su probable reencuentro con Romeo, equilibra el dolor de la separación temporal, enfatizando la coexistencia de la exquisita alegría y la tristeza.

Ejemplo #4

«La piedad no hace más que asesinar, perdonando a los que matan.»

(III. i. 207)

La afirmación anterior es un ejemplo de frase oximorónica pronunciada por el Príncipe de Verona al sancionar a Romeo por matar a Tybalt. Tras darse cuenta de que el asesinato es un hecho accidental, el Príncipe ordena el destierro de Romeo. Sin embargo, la contradicción de este castigo en particular se hace evidente por el hecho de que, aunque el exilio puede parecer un perdón o una sentencia menos dolorosa, es infinitamente más agonizante que el encarcelamiento. En efecto, para Romeo, el destierro es una cadena perpetua disfrazada de misericordia.

Ejemplo #5

¡Oh, corazón de serpiente, escondido con un rostro fluido!
¿Alguna vez el dragón guardó una cueva tan hermosa?
¡Bello tirano, demonio angelical!

(III. ii. 79-81)

Estos enfáticos versos presentan una serie de oxímoron pronunciados por Julieta tras descubrir que Romeo ha asesinado a Tybalt. Llena de intensa incredulidad y conmoción, Julieta se refiere a Romeo como «bello tirano» y «demonio angelical». Estas frases paradójicas ponen de manifiesto que existe una gran discrepancia entre el comportamiento aparentemente inofensivo y bello de Romeo y su impulso asesino de tipo tirano. La conmoción de Julieta se ve agravada por el hecho de que ambas cualidades, la angelical y la diabólica, puedan coexistir simultáneamente en su amado, lo que la lleva a ser escéptica respecto a su propio juicio sobre Romeo.

Ejemplo #6

«¡Un maldito santo, un honorable villano!»

(III. ii. 88)

Después de enterarse del asesinato de Tybalt, Julieta vacila entre la creencia y la incredulidad y se refiere a Romeo como un «maldito santo» y un «honorable villano». Estas frases oximorónicas ponen de manifiesto el conflicto interior que aqueja a Julieta en relación con la bondad esencial de Romeo. Incapaz de clasificar a Romeo como totalmente villano o santo, Julieta intenta tranquilizarse exclamando que Romeo no está totalmente desprovisto de honor y que tiene alguna semblanza de humanidad en él.

Ejemplo #7

«¿Hubo alguna vez un libro que contuviera materia tan vil
tan justamente encuadernado? ¡Oh, que el engaño habite
en un palacio tan hermoso!»

(III. ii. 89-91)

Mientras intenta asimilar la conmoción que le produjo a Romeo el brutal asesinato de Tybalt, Julieta reflexiona sobre la acción de Romeo y utiliza la frase oximorónica anterior para reforzar el contraste entre el exterior confiable y amistoso de Romeo y el aspecto impulsivo y temerario de su personalidad. Julieta equipara a Romeo con un libro «bastante encuadernado» compuesto de «materia vil», teniendo un impacto engañoso y enfatizando así la distinción entre la apariencia y la realidad de Romeo.

Ejemplo #8

«Justo en su caso. O woeful sympathy!»

(III. iii. 93)

Esta afirmación es pronunciada por la enfermera después de que Fray Lorenzo le informa de que Romeo llora incesantemente después de haberse alejado de Julieta. El oxímoron «woeful sympathy» destaca el lamentable aprieto que experimentan tanto Julieta como Romeo debido a su separación. Aunque la simpatía implica esencialmente compasión y consuelo, el adjetivo «woeful» significa el elemento de contraste de la pena que subyace a la simpatía resaltando así la tristeza irresoluble que siente la nodriza de Julieta al ver el desamor de los dos amantes.

Ejemplo #9

«Y tú estás casado con la calamidad»

(III. iii. 160)

Este particular verso oximorónico es expresado por Fray Lorenzo mientras aconseja a Romeo. El fraile utiliza la frase «casado con la calamidad» para destacar la desgracia y las catástrofes que parecen perseguir a Romeo allá donde va sin descanso. En esta frase oximorónica, el contraste surge de la yuxtaposición de «desposado» -que connota celebración alegre y unión dichosa- con «calamidad» -que denota dolor y angustia-.

Ejemplo #10

«Que casi congela el calor de la vida»

(IV. iii. 17)

Esta afirmación por excelencia la pronuncia Julieta antes de beber la poción para dormir. La frase oximorónica, congelar el calor de la vida, pone de relieve el miedo que acecha a Julieta en relación con el efecto posterior de beber la poción. Este contraste gráfico entre el miedo escalofriante y la sangre caliente de Julieta transmite eficazmente la abrumadora ansiedad que experimenta Julieta: la inquietante sensación de que algo horrible puede ocurrir y que finalmente podría poner en peligro su vida.

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