La importancia de las habilidades de adaptabilidad en el lugar de trabajo

Durante las últimas dos décadas ha habido un mayor reconocimiento de las habilidades de liderazgo más blandas necesarias para liderar con éxito. Pero nuestras investigaciones y nuestra experiencia demuestran que muchos de los fracasos en el liderazgo se deben a la incapacidad de adaptarse y abandonar viejos comportamientos.

Si bien es importante utilizar nuestras experiencias pasadas de cambio para informarnos sobre cómo podemos afrontar el siguiente reto inesperado, ser adaptable consiste en permanecer abierto y flexible en nuestro enfoque, aceptando que podemos tener éxito o fracasar en el camino.

En un mundo que va a seguir lanzando situaciones nuevas y novedosas para que los líderes naveguen, la necesidad de adaptabilidad en el lugar de trabajo -para aprender y desaprender- es fundamental para el éxito futuro.

¿Qué es la adaptabilidad?

La adaptabilidad es una habilidad blanda que significa ser capaz de aprender rápidamente nuevas habilidades y comportamientos en respuesta a circunstancias cambiantes. Los empleadores suelen buscar la adaptabilidad cuando contratan nuevo personal y la habilidad se incluye a menudo en las descripciones de los puestos de trabajo debido a su importancia para el crecimiento dentro de un rol.

Las personas que demuestran adaptabilidad en el trabajo son flexibles y tienen la capacidad de responder eficazmente a sus condiciones de trabajo, incluso si las cosas no salen como estaban previstas. Suelen trabajar bien por su cuenta y con los miembros del equipo.

De las personas que ocupan puestos de liderazgo se espera a menudo que gestionen situaciones inusuales sin instrucciones explícitas. Un líder adaptable debe ser capaz de resolver problemas en un entorno de ritmo rápido y confiar en su criterio a la hora de tomar decisiones difíciles, sin dejar de reconocer que lo que ha funcionado antes no es necesariamente la respuesta.

Por qué la adaptabilidad es una habilidad de liderazgo fundamental

Casi no pasa una semana sin que un informe de una escuela de negocios, una consultoría, un gobierno o un grupo de expertos nos diga que el futuro del trabajo está cambiando. Pero, ¿cómo afectará esto al mundo del trabajo?

Nuestro equipo de investigación se propuso descubrir una respuesta y descubrió que este cambio está impulsado por lo que se denomina megatendencias: las fuerzas subyacentes que dan forma al mundo. Tomando las megatendencias como punto de partida, encuestamos a líderes de la C-suite y descubrimos que la adaptabilidad era una de las 5 principales habilidades que consideraban necesarias para tener éxito en el futuro, además de ser nombrada como la habilidad más deseada de 2019 por los expertos en contratación Michael Page.

Si bien la adaptabilidad es algo de lo que todos nos podemos beneficiar en un mundo cambiante; es particularmente crítica para los líderes. A medida que los líderes dan el salto de ser un supervisor a un mando intermedio y finalmente a puestos más altos, necesitarán adaptar su estilo. Las funciones de liderazgo aumentan su complejidad a medida que se avanza en la organización, lo que exige habilidades de influencia y persuasión más sutiles. Además, a medida que aumenta la antigüedad de un líder, debe aprender a dar poderes, delegar, formar alianzas estratégicas y dejar de lado algunas de las habilidades que le permitieron desempeñarse eficazmente en funciones de liderazgo anteriores.

Por lo tanto, los líderes no sólo deben adaptarse a medida que pasan de una función a otra en su carrera, sino que también deben flexionarse constantemente dentro de cualquier función, ya que dirigen a su gente y a su organización en un mundo en constante cambio.

Cómo desarrollar las habilidades de adaptabilidad en sus líderes

Aunque el camino de cada líder para aumentar su adaptabilidad es único y diferente dependiendo de sus fortalezas y áreas de desarrollo específicas, aquí hay algunos consejos clave que podrían ayudar a sus líderes a mejorar sus habilidades de adaptabilidad en el lugar de trabajo:

  1. Ser confiado pero abierto a la mejora

Los líderes necesitan ser conscientes de cualquier brecha entre su desempeño real y los niveles de desempeño deseados, ya que esta visión impulsará el cambio de comportamiento. Pero la autoconciencia debe equilibrarse con la autoestima. Sin ella, una mayor conciencia de las necesidades de desarrollo puede resultar desmotivadora y desalentadora. Por el contrario, los líderes con niveles muy altos de confianza en sí mismos pueden desestimar o subestimar la necesidad de actuar sobre la retroalimentación del desarrollo.

  1. Centrarse en mejorar, no en demostrar

La orientación a los objetivos describe si, al abordar una tarea, uno se centra más en lo que puede aprender de ella, en rendir bien o en evitar el fracaso. Aunque suele ser subconsciente, nuestra orientación a los objetivos tiene un fuerte impacto en lo que aprenderemos de nuestras experiencias. Los líderes con una orientación hacia el aprendizaje tienden a ver los retos como oportunidades para mejorar, por lo que aceptan mejor el fracaso como un paso necesario para mejorar su rendimiento.

  1. Piensa en tu forma de pensar

La capacidad metacognitiva es nuestra habilidad para pensar en nuestra forma de pensar, y es crucial para maximizar el aprendizaje. Buscar feedback y reflexionar sobre él son elementos clave, que nos permiten extraer lecciones críticas de nuestras experiencias. Los líderes deben ser conscientes de que no todas las reflexiones conducen al aprendizaje; la autorreflexión puede ser adaptativa (útil) o desadaptativa (inútil). La autorreflexión adaptativa acelera el desarrollo del liderazgo porque se caracteriza por la apertura, la positividad y una perspectiva orientada al aprendizaje y a los objetivos.

  1. Practicar deliberadamente, no sin sentido

Los expertos (en comparación con los novatos) adoptan un enfoque mucho más deliberado para tratar de poner en práctica nuevos aprendizajes para mejorar su rendimiento. Por ejemplo, utilizan mucho mejor estrategias como el establecimiento de objetivos, y adoptan metas más específicas sobre cómo van a mejorar su rendimiento, así como qué mejora del rendimiento pretenden conseguir.

La práctica deliberada implica actividades altamente estructuradas e intensas, adaptadas a cada individuo para estirar su rendimiento más allá de su nivel actual, con una retroalimentación inmediata centrada en los errores o debilidades. Los errores son importantes para ayudar a los líderes a adaptarse, ya que «no fallar» impide a los individuos explorar alternativas, lo que puede conducir a la autocomplacencia.

En conclusión…

El liderazgo eficaz no sólo requiere conocimientos y habilidades técnicas y contextuales, sino que exige cada vez más competencias de alto nivel, como la capacidad de adaptación. Puede obtener más información sobre esta crucial habilidad blanda en nuestro artículo, Adaptabilidad: la habilidad clave necesaria para el cambio.

Cuando un líder está bajo un alto nivel de presión, puede volverse «rígido» en sus reacciones. Pueden responder a los retos de una manera que se ha convertido en algo habitual. Esto puede ser problemático cuando esas respuestas habituales ya no son apropiadas para la situación, lo que es cada vez más probable en nuestro mundo complejo, turbulento y rápidamente cambiante. Por ello, la adaptabilidad es una habilidad cada vez más importante y valiosa que deben desarrollar los líderes.

Si quiere desarrollar la adaptabilidad de las personas de su organización, nuestra herramienta de aprendizaje digital personalizada, Adapt4, puede ayudarle. Obtenga más información sobre esta opción de desarrollo en línea y de autoservicio aquí.

Maitland, A., & McGrane, K. (2013. Navigating Leadership Transitions. Lane4 white paper.

Maitland, A., & Walters, A. (2019) El futuro es ahora: el nuevo contexto del liderazgo. Informe de la encuesta de la C-suite. Lane4.

Trapnell & Campbell (1999). La autoconciencia privada y el modelo de los cinco factores de la personalidad: Distinguiendo la rumiación de la reflección. Journal of Personality & Social Psychology, 76, 284-304.

Sitkin (1992). El aprendizaje a través del fracaso: La estrategia de las pequeñas pérdidas. Research in Organizational Behavior, 14, 231-266.

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