El concepto de escala que se utiliza en geografía humana es un poco diferente al que se utiliza en un mapa. La escala de un mapa es la relación entre una distancia en el mapa y la distancia correspondiente en el terreno. Por ejemplo, una pulgada en un mapa equivale a una milla sobre el terreno. El concepto de escala en geografía humana es algo menos sencillo.
Dentro de la geografía humana, pensamos en la escala como una «forma de jerarquía» que no está separada o discreta, sino interconectada. Se puede ver esta jerarquía cuando hablamos de la economía local, la nacional o la global. Pueden parecer discretas porque podemos delimitarlas políticamente. El municipio de la universidad estatal tiene fronteras políticas. Los Estados Unidos tienen sus fronteras. Y, bueno, el globo terráqueo parece incluir todas las partes. Aunque podemos ver su territorio delimitado en un mapa, la realidad está mucho menos fragmentada espacialmente. De hecho, el movimiento de los flujos económicos, de las personas o los animales (migración), las enfermedades o los desastres naturales, etc., se extiende a través de la escala y negocia en torno a ella.
Como se menciona en Introducción a la geopolítica (Flint, 2016), los actos localizados de desafío o protesta personal (escala individual) pueden estar motivados por campañas nacionales orientadas a influir en los procesos legislativos nacionales (escala nacional). A veces hay una fluidez de movimiento a través de la escala, mientras que en otras ocasiones podemos observar un salto de escala (local ► global, puede eludir las escalas nacionales). Flint subraya la naturaleza controvertida de las escalas y señala que «debemos alejarnos de la idea de una jerarquía clara y distinta de las escalas» porque éstas están interconectadas y pueden estar implicadas múltiples escalas en un acontecimiento o acción concretos. Flint utiliza el ejemplo de un atentado suicida contra determinados hoteles de Kabul (Afganistán). En concreto, los hoteles que pueden albergar a trabajadores gubernamentales y de organizaciones de ayuda internacionales u occidentales pueden convertirse en un objetivo local como declaración geopolítica contra la presencia extranjera en el país. Como tal, un acto local (el bombardeo de un hotel en Kabul) está íntimamente relacionado con la escala global (como parte de la lucha geopolítica por la soberanía del Estado en el contexto de un esfuerzo global antiterrorista dirigido por Estados Unidos).