¿Qué es la tendinitis de tobillo?

En el tobillo tenemos tendones en la parte anterior (los extensores de los dedos y del tobillo), en la parte posterior (el tendón de Aquiles y el flexor del dedo gordo), en la parte interna y en la externa.

Los tendones son transmisores de la fuerza que se necesita para movilizar las articulaciones cuando se sobrecarga alguno, hablamos de tendinitis.

Así pues, la tendinitis de tobillo es la inflamación de tendones ubicados alrededor de la articulación. La más frecuente es la Aquílea (tendón de Aquiles).

Pronóstico de la tendinitis de tobillo

Las tendinitis no suelen ser graves, aunque es necesario seguir una correcta recuperación para que no empeore.

Síntomas de la tendinitis de tobillo

Los principales síntomas de la tendinitis son:

DolorDificultad para mover la articulaciónHinchazónCrujidos al mover la articulaciónAbultamiento

Pruebas médicas para la tendinitis de tobillo

Para diagnosticar la tendinitis de tobillo el médico especialista examina la zona buscando dolor, inestabilidad, hinchazón, calor y debilidad. Además, puede ser necesario realizar estudios de rayos X.

¿Cuáles son las causas de la tendinitis de tobillo?

La tendinitis de tobillo puede producirse por sobrecargas deportivas, porque el pie, los dedos o el tobillo trabajan en malas condiciones biomecánicas, etc.

¿Se puede prevenir la tendinitis de tobillo?

Se puede prevenir la tendinitis siguiendo algunas pautas, tales como: calentar y estirar antes de la práctica deportiva, llevar calzado cómodo para realizar ejercicio, descansar entre ejercicios repetitivos, hidratarse bien, corregir errores técnicos y alteraciones estáticas de los miembros inferiores, etc.

Tratamientos para la tendinitis de tobillo

El tratamiento de una tendinitis de tobillo dependerá de su causa; por ejemplo, si se trata de una sobrecarga deportiva se deben corregir los factores que intervienen en ella (sobrepeso, mala condición física, mal calzado, mala hidratación, etc.).

Una vez producida la tendinitis se debe reposar el tendón y tratar la inflamación y el dolor. Cuando el espasmo y el dolor ceden, se debe seguir un plan de estiramientos progresivos, y después retomar los ejercicios de potenciación. Todo ello siguiendo un plan médico y fisioterápico para evitar recaídas y/o empeoramientos. En algunos casos puede precisarse cirugía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.