Uranio empobrecido, metal denso ligeramente radiactivo que se utiliza principalmente en la producción de municiones y blindajes. El uranio empobrecido se crea como producto de desecho cuando el isótopo radiactivo uranio-235 se extrae del mineral de uranio natural.
Debido a que el uranio-235 se utiliza como combustible en las centrales nucleares y en la producción de algunas armas nucleares, el uranio empobrecido, un subproducto del proceso de enriquecimiento del uranio, es abundante. También es extremadamente costoso de eliminar debido a su radiactividad. Por ello, los fabricantes de armas pueden obtener uranio empobrecido a un coste mínimo o incluso nulo. Al ser excepcionalmente denso, el uranio empobrecido puede utilizarse en la producción de blindajes de tanques o en la fabricación de municiones. Los proyectiles de uranio empobrecido penetran fácilmente en los blindajes convencionales y se inflaman al impactar, causando normalmente grandes daños en el objetivo.
La industria de defensa estadounidense comenzó a utilizar uranio empobrecido en 1977, pero los armamentos mejorados con uranio empobrecido no se desplegaron en combate hasta la Guerra del Golfo Pérsico en 1991. Posteriormente se utilizaron en las intervenciones en los conflictos de Bosnia y Kosovo, la guerra de Afganistán y la de Irak. Los beneficios en el campo de batalla se demostraron en la Guerra del Golfo, cuando las fuerzas de Estados Unidos y de la coalición que utilizaron municiones de uranio empobrecido destruyeron al menos 1.000 tanques iraquíes. En cambio, no se perdió ningún tanque estadounidense blindado con uranio empobrecido.
Desde la Guerra del Golfo Pérsico se han planteado preguntas sobre el impacto del uranio empobrecido en la salud humana y el medio ambiente. Algunos científicos, expertos médicos y veteranos de la Guerra del Golfo creen que la exposición provoca diversos problemas de salud, incluido el cáncer. Los veteranos europeos de la OTAN del conflicto de Bosnia han hecho acusaciones similares. En Irak se registraron tasas elevadas de cáncer y defectos de nacimiento entre los civiles de las zonas que sufrieron intensos combates durante la Guerra del Golfo Pérsico y la Guerra de Irak, aunque al término de esta última no se había investigado la relación entre esos informes y el uranio empobrecido.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos, la Administración de Veteranos de los Estados Unidos, las Naciones Unidas y la OTAN han llevado a cabo investigaciones que exploran las reclamaciones de los veteranos sobre enfermedades tras la exposición al uranio empobrecido. Tanto el Departamento de Defensa como la OTAN han llegado a la conclusión de que el riesgo para la salud humana del uranio empobrecido es insignificante en la mayoría de los casos.
Aunque el ejército estadounidense y muchos expertos médicos sostienen que el uranio empobrecido no supone una amenaza significativa para la salud humana, en concentraciones suficientes la sustancia puede contaminar el suelo y los suministros de agua. La Organización Mundial de la Salud ha identificado una serie de lugares en Bosnia y Kosovo que requieren limpieza.